¿Por qué es tan fascinante ver un partido en vivo? ¿Se trata solamente de la experiencia de observar a los jugadores en el campo? La respuesta puede ir más allá.

Quizás no exista un mejor ejemplo de lo que influye una experiencia compartida sobre nuestros intereses. Ver un partido en vivo va más allá del juego en sí: son los cánticos, el ruido, la energía de la multitud, la memoria del espacio de un estadio, aunque no fuimos tan conscientes de esta sensación hasta que vivimos la llegada del COVID-19 y sufrimos los efectos de las restricciones con relación a las multitudes.

Todos lo podemos recordar: un partido de fútbol sin el estadio lleno parece una práctica entre los jugadores.

En tiempos en los que no se puede llevar a cabo esta experiencia compartida, ¿cómo se puede elaborar una estrategia para que no se pierda el efecto de la multitud? Hay oportunidades de negocio que dependen de una estrategia adecuada.

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