Introducción a las disciplinas espirituales AETH: Introduction to the Spiritual Disciplines Spanish AETH

By Association for Hispanic Theological Education

Introducción a las disciplinas espirituales, escrito por el Dr. Roberto Amparo Rivera, presenta con estilo sencillo y a la vez profunfo aspectos de la vida cristiana que el autor nos reta a ver como disciplinas espirituales. Estas disciplinas no solamente incluyen las distintas prácticas, sino también las actitudes, intenciones y pensamientos de quienes profesan la piedad como estilo de vida.

• Language: English
• Publisher: Abingdon Press
• Release date: Jul 1, 2008
• ISBN: 9781426765780

Association for Hispanic Theological Education

The Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) exists to stimulate dialogue and collaboration among theological educators, administrators of institutions for ministerial formation, and Christian ministerial students in the United States, Canada and Puerto Rico. La Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) existe para fomentar el diálogo y la colaboración entre educadores teológicos, administradores de escuelas de formación ministerial y estudiantes para el ministerio cristiano en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico.

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CAPÍTULO 1

Práctica de las disciplinas espirituales

Formación espiritual en contexto

Imaginemos a un observador contemplando a través de un telescopio a un cuerpo celeste en la profundidad del espacio. ¿Qué cosas afectan lo que la persona ve? Como ejemplo, podemos mencionar la calidad del lente, las condiciones del tiempo, la preparación académica del observador, su estado de ánimo, experiencias previas, propósito de la observación, y muchos otros elementos. En resumidas cuentas, bajo ningún concepto la observación es totalmente objetiva, sino que de algún modo es afectada por el contexto.

De igual modo ocurre cuando contemplamos la vida en Cristo. El contexto formado por nuestros prejuicios, hábitos, creencias, actitudes, relaciones personales y corporativas, patrones de respuesta y reacción a las experiencias diarias de la vida, entre muchos otros elementos, afecta positiva o negativamente nuestra manera de percibir, juzgar, interpretar y responder a la presencia, el poder y la acción de Dios.

El concepto de disciplinas espirituales se refiere a las prácticas de la vida cristiana que nos ayudan a encarnar la vida de Cristo en el mundo. Entre otras, están la oración, el ayuno, la lectura de la Biblia, la participación en la liturgia, la confraternidad, la confesión y el perdón dado y recibido, las ofrendas, y la vida comunitaria. Estas cosas se convierten en disciplinas cuando se practican regularmente, como parte de nuestra respuesta normal de fe en obediencia a la presencia, poder, y actividad de Dios. Se convierten en disciplinas espirituales cuando son manifestaciones de la gracia de Dios en nuestras vidas, y no intentos nuestros por manipular, controlar o negociar con Dios para adelantar nuestras propias agendas, por nobles y valiosas que sean estas últimas.

La definición de disciplinas espirituales como manifestaciones de la gracia de Dios y respuesta humana de fe a dichas manifestaciones podría compararse con lo que los profesores Agnes Cunningham, del Seminario Mundelein, y John Weborg, del Seminario Teológico North Park, en Illinois, EE.UU., denominan el movimiento místico de la teología espiritual. Se refieren a un despertamiento de formación espiritual de fines del siglo XIX y principios del XX, el cual enfocaba la totalidad de la fe como la experiencia viviente del cristianismo en su plenitud. De igual modo, las disciplinas espirituales no son prácticas aisladas, sino que reflejan una integración de la totalidad de la fe, una participación en el misterio de la intersección del tiempo y la eternidad en Cristo, citando de nuevo a dichos profesores.

Espiritualidad bíblica y disciplinas espirituales

Un problema con la palabra disciplina en el contexto religioso es que hemos aprendido a asociarla con cosas negativas, restricciones, castigos. Tradicionalmente, cuando en la iglesia se dice que una persona está en disciplina, esto quiere decir que ha sido castigada y que sus derechos y privilegios como miembro de la comunidad de fe han sido severamente restringidos. Por su parte, el diccionario teológico define disciplina como la regulación de la vida por principios y reglas, lo cual también sugiere austeridad y restricciones.

El control mediante reglas es disciplina impuesta, mientras que la regulación por principios es autodisciplina. Esta última también puede incluir reglas, pero son auto-impuestas. La regulación por principios es el nivel más elevado, siempre y cuando los principios sean afines con la fe cristiana. La madurez de una persona se mide por su capacidad para vivir contenta dentro de un sistema de reglas sin perder el sentido de libertad esencial. De esta persona se puede decir que ha alcanzado un alto nivel de espiritualidad.

Sin embargo, la espiritualidad bíblica tiene poco que ver con asuntos de reglas, principios y técnicas y mucho que ver con la orientación de la comunidad hacia Dios en el mundo. En palabras de Sandra M. Schneiders, profesora de estudios del Nuevo Testamento y espiritualidad cristiana en la Escuela Jesuita de Teología, espiritualidad cristiana es la experiencia vivida de la fe cristiana. Somos incorporados en la vida divina por el don del Espíritu Santo, a través de una fe auto-trascendente en la cual la unión con Dios en Jesucristo se expresa en servicio al prójimo y participación en la realización del reino de Dios en este