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¡EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS! ¿FICCIÓN O REALIDAD?: Tomo I
¡EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS! ¿FICCIÓN O REALIDAD?: Tomo I
¡EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS! ¿FICCIÓN O REALIDAD?: Tomo I
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¡EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS! ¿FICCIÓN O REALIDAD?: Tomo I

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EL Coronel LIAM McArthur, ex oficial de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña (R.A.F), quien en sus largos años como piloto de combate observó muchas veces Objetos Voladores no Identificados (OVNIS), ha decidido no guardar más el secreto de sus avistamientos; y ha resuelto escribir una novela de ciencia ficción, donde pueda incluir sus propias experiencias, y seguir investigando el fenómeno desde el punto de vista científico; para ser más eficaz en sus apreciaciones y deducciones, ha buscado asesores que le puedan indicar lo correcto.

Uno de ellos es el Físico Teórico alemán Dr. Hanz Werms, y la Dra. Aline Terassier Médica Fisióloga de nacionalidad francesa.

El primero de ellos ha descubierto métodos increíbles para tipificar e individualizar a seres humanos con ciertas características especiales, que él ha llamado “híbridos”, por medio de sus algoritmos novísimos que ha desarrollado para la ciencia Biométrica.

Y la Dra. Terassier ha escrito un “Ensayo Fisiológico”, es decir el estudio de las funciones de los seres orgánicos, en el que ha plasmado sus descubrimientos de cómo modificar el .

El Dr. Werms está dictando conferencias magistrales sobre temas Biométricos, pero sus disertaciones son mal interpretadas por un periodista en Fráncfort, que en su artículo afirma que < entre nosotros viven Extraterrestres >, lo cual ha causado mucha alarma en las Agencias de Seguridad Nacional de ciertos Estados de la Unión Europea

La Dra. Terassier, ha escrito su “ENSAYO SOBRE NUEVOS PROCEDIMIENTOS, MODIFICACIONES Y MANIPULACIONES DEL ADN HUMANO”. cuyo documento ha sido sustraído de la Web antes de su publicación en la revista “Nature”, por una compañía farmacéutica, e igualmente por las mismas Agencias de Seguridad Estatales, pues no pueden admitir que tan magno descubrimiento sea conocido por la humanidad, sería la catástrofe a todas las creencias.

Con estos colaboradores el Coronel McArthur ha conformado su Grupo para la investigación de los fenómenos alienígenas, miembros que son vigilados y monitoreados por las Agencias, para no permitir las conclusiones y su publicación.

Se integra al Grupo el Director de las empresas estadounidenses “Orion ́s Weapons Corp.” y “Future Technology Enterprises” fabricantes de armas NO ofensivas, el Ingeniero David Rubinstein de nacionalidad estadounidense quien desarrolló el “SISTEMA DE LA HUELLA ENERGÉTICA”

Dentro del diario vivir de cada integrante del Grupo, les sobrevienen situaciones difíciles de sortear, como a Werms, que lo han visitado los “Men in Black” para instarlo perentoriamente a no continuar con sus investigaciones y conferencias.

LanguageEnglish
Release dateJan 18, 2022
ISBN9781642980769
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    ¡EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS! ¿FICCIÓN O REALIDAD? - Carlos Pineda

    CORONEL LIAM MCARTHUR, EXOFICIAL DE LA R.A.F

    Todo ser humano admira la belleza del cielo cuando está despejado; en el día se aprecian los azules del mar y los dorados tonos del sol, que en contraste con la profundidad de la noche en la que vemos los planetas y la intermitencia de los astros, llegando a fantasear y a preguntarnos ¿qué será todo eso? ¿qué habrá más allá? ¿por qué resplandecen las estrellas? ¿por qué sus colores son diversos? ¿estarán habitados esos cuerpos celestes? ¿cómo serán esos seres?

    Liam McArthur se encontraba en una de las calles de su pueblo natal Dumbarton, Escocia, una población pequeña de no más de siete mil habitantes, circundada por naturaleza virgen, hermosos lagos y montañas de mediana altura, desprovista de toda contaminación visual o auditiva, donde sólo la paz envuelve a sus moradores. Allí se generaron tres poderosas industrias de carácter mundial: la producción de vidrio a gran escala; el asentamiento de numerosas e inmensas destilerías del mejor whisky del planeta, entre las que están los sellos Johnny Walker, con su fundador Hiram Walker, el artífice para que este elíxir sea hoy el más vendido en el mundo, y Ballantines, que ha posicionado su marca Black And White, como la bebida nacional por excelencia de Escocia; y por último, los grandes astilleros que fabricaban buques de guerra famosos, como el Cutty Shark que trasladó su nombre al famoso whiskey.

    De pronto, la tranquilidad del poblado se ve truncada por algo que aparece en el cielo azul, Liam mira hacia el firmamento y observa un disco de color plateado, similar a la forma de un frisbie y durante diez minutos permanece con la mirada absorta y el cuello erguido, lleno de emoción, pero sin poder descifrar qué clase de objeto es. En un parpadeo el disco se sitúa en otra latitud y se sostiene por un lapso de cinco minutos más, hasta desaparecer.

    En la mente le queda grabado ese acontecimiento, lo recuerda noche tras noche, como cuando vamos al cine y rememoramos cada escena de la película.

    Pasaron los años y su padre Tom, envía a Liam a estudiar al high school en la ciudad de Glasgow, muy cerca de Dumbarton, donde se gradúo a los diez y ocho años y no vuelve a recordar esa imagen plateada que vio en ese cielo azul, once años atrás.

    Después de recibir el título que lo prepara para ingresar a una universidad escocesa, sale con su familia, a su lado iba su padre, un militar de la Real Fuerza Inglesa RAF., con grado de coronel; su madre Katerine, que en ese momento era editora de una revista de modas en la ciudad y se nutría de los artículos de prestigiosas revistas londinenses; su hermano Ralf, un adelantado estudiante de Ingeniería Aeronáutica y su hermana Eileen, la menor de la familia, de tal sólo diez y siete años, bella, de tez tan blanca, a quien los chicos únicamente miraban a escondidas, dado el porte adusto de su padre que generaba respeto.

    Al cruzar la calle, de camino al restaurante donde celebrarían la graduación, Liam ve de repente una librería con varias obras sobre ovnis exhibidas en su vitrina, temas de terrícolas orientados por extraterrestres y otros más de moda en los años setenta, de inmediato sus sentidos se agudizan y se despierta su curiosidad por querer conocer a profundidad su contenido. Las imágenes que quedaron grabadas cuando era un niño de siete años salieron a flote y le produjeron gran excitación, pues se transportó como por arte de magia a ese momento.

    Entra de inmediato a zancadas al lugar, su padre, que lo sigue inquieto por su comportamiento y le pregunta

    —¿Qué te ocurre Liam?

    —Padre, quisiera que me regalaras uno de estos libros o revistas que están en la vitrina –respondió con seguridad.

    Su padre, como oficial de la RAF, conocía varios casos sobre ovnis en los que él personalmente había tomado parte, así que con complicidad le guiñó un ojo y entraron a la librería para solicitar al dependiente que les enseñara los dos libros; el primero en llegar a sus manos fue Recuerdos del Futuro, un libro escrito por un autor nada conocido, un tal Erich Von Daniken, pero a su padre le pareció una lectura apropiada para él; el segundo lo deja estupefacto, pues su autor era el coronel Philip Corso. Tom levanta ambas cejas en señal de asombro

    —Vaya, parece que Philip se salió con la suya.

    —¿Qué quieres decir padre? –pregunta Liam con asombro.

    —Pues que por fin escribió lo que tenía guardado por largos años, el título hace honor a sus memorias, The Day After Roswell, caramba, qué título más sugestivo, y lo acaban de publicar –exclamó.

    —Pero cuéntame, padre, ¿quién es él?

    —Era mi instructor en la RAF, ambos volábamos los Harriett. Compremos el libro hijo, debe contener anécdotas muy interesantes. Con Philip guardábamos secretos sobre apariciones de ETs, algo que jamás mencioné, pero veo que él se atrevió a contarle al mundo la realidad de ese acontecimiento, que a todas luces el gobierno americano ha tratado de encubrir, al punto de afirmar que lo que cayó en Roswell era una sonda meteorológica. Nos retiramos del servicio activo con algunos años de diferencia. Léelo, Liam y lo comentamos después.

    Tom pagó el importe del libro y prometió a su hijo que le contaría historias no reveladas sobre avistamientos extraterrestres y otras cosas relacionadas con el tema.

    El almuerzo de celebración por el grado de Liam se desarrolló en total armonía familiar. No habló del libro que había recibido de su padre, en cambio sí sobre su niñez, los adelantos de Escocia en la industria del scotch y las posibilidades de entrar a estudiar en una universidad reconocida, ya fuera en Glasgow, en Londres o incluso en otros lugares fuera de Inglaterra. Su madre Katerine le preguntó qué estudiaría y sin duda alguna respondió que sería un piloto militar como su padre. Todos aplaudieron menos ella, que bajó los ojos en señal de respeto, pero también de tristeza y preocupación. Su padre se levantó de la mesa y brindó con vino escocés, deseándole el mejor de los éxitos.

    Una vez terminado el elegante almuerzo, la familia se dirigió a casa, donde Liam corrió a su cuarto para iniciar la lectura del novedoso libro que había despertado su interés por comprender lo que parece una contradicción, según escuchó decir a su padre, pues normalmente no se puede recordar el futuro, pues este no ha sucedido; sin embargo, tener el libro en sus manos le evocaba recuerdos de infancia y le generaba placer por lo que podría encontrar en su lectura. Pasó la noche en vela devorando el libro, por lo que en la mañana estaba listo para entrar en comentarios con su padre.

    Sin embargo, Tom no pudo dedicarle tiempo, pues como de costumbre, había salido al trabajo; sin embargo, de regreso, en las horas del ocaso, Liam inmediatamente lo vio llegar y lo abordó.

    —Padre, ya leí este maravilloso libro, así que estoy listo para comentarlo cuando tú digas.

    —Muy bien, hijo, vamos a la biblioteca.

    Se dirigieron el estudio e iniciaron una larga y productiva charla encaminada a analizar el boom extraterrestre, ¿de dónde vienen? ¿quiénes son? ¿a qué vienen? ¿si tienen contactos?, pues hay mucha gente inmersa en esos temas y en su psiquis les queda grabada cualquier imagen que aparece en los periódicos o lo que escuchan en la radio. Tal es el caso de La invasión de los marcianos, presentado en los Estados Unidos por Orson Wells, sobre un libro de H.J. Wells titulado La Guerra de los mundos.

    —Padre, a tu amigo Philip le tomó un buen tiempo escribir lo que presenció hace cincuenta años, ¿no será que la memoria le falló?

    —Dime por qué lo piensas así –replicó su padre.

    —Porque encuentro muchas contradicciones entre lo que dice el gobierno americano y lo que escribe Philip.

    —Nuestro gobierno nunca ha querido aceptar el hecho contundente de que en Roswell se estrelló un ovni y afirman con una serie de evidencias que lo encontrado fue sólo una sonda meteorológica que se elevaba a gran altura, cuya misión era espiar a la URSS. La noticia corrió por todos los teletipos del mundo, pero no duró mucho, pues entró el gobierno a silenciar lo ocurrido, iniciándose así un total hermetismo sobre cualquier caso de ovnis ocurrido en Estados Unidos. Pero como acabas de leer, unos militares que fueron enviados al sitio del incidente para verificar lo acontecido, entre quienes estaba mi buen amigo Philip y el mayor Marciel, que fueron testigos de cómo se ocultaban los cuerpos de los ETs, que fueron guardados en algunos cofres de madera.

    De aquella primera vez que Liam habló con su padre sobre el fenómeno ovni y el caso Roswell, han pasado treinta años. Ahora Liam es el ex coronel Liam McArthur, oficial de la RAF, voluntariamente retirado por tiempo de servicio y con grado de coronel efectivo. Sirvió a la Gran Bretaña durante todo este tiempo, desde 1976 hasta el 2006, como piloto de aviones de defensa de la soberana patria; es decir, aviones de combate a tierra Hawker Siddeley Harrier, llamados amigablemente, jump jet o aguiluchos, que son capaces de realizar despegues y aterrizajes verticales, lo cual lo emocionaba muchísimo en esa época. ¿Cómo sería en estos tiempos donde el empuje de sus motores los hace más eficientes? En el tiempo de su adiestramiento ocurrieron muchos accidentes, pues maniobrarlos era difícil, pero Liam tuvo excelentes instructores, de manera que por eso continúa aquí como uno de los protagonistas de esta historia.

    Por esos años, durante sus vuelos con instructores, al cruzar los cielos de Escocia, alcanzó a observar varias formaciones de objetos que, a pesar de sus conocimientos aeronáuticos no le fue posible identificar. Los contemplaba y se miraba con sus compañeros de vuelo con la misma pregunta escrita en el rostro, pero sin pronunciar ni una palabra, ya que todo quedaba grabado en la caja negra del avión.

    Tuvo varios avistamientos de ovnis y recuerda algunos con exactitud; por ejemplo, el primero, que sucedió en 1977 cuando volaba sobre el condado de Dyfed en Gales. Vio la formación de tres objetos similares a los bumerangs que usan los aborígenes. Viajaban en formación Delta, de manera similar a la estructura de ciertas naves construidas en aluminio y en su centro, en la parte inferior, llevaban impreso una especie de planetas. Uno de ellos era de color amarillo intenso, casi como un sol y con un esquema parecido a las galaxias que aparecen en las fotografías de la Nasa.

    Liam tuvo luego otro avistamiento que considera su preferido. Ocurrió mientras piloteaba su propia aeronave sobre una región en Gran Bretaña en el año de 1993. Frente a su avión vio un objeto en forma triangular que iba a la misma velocidad que él. Lo examinó con sentido técnico, sin sobresalto alguno y hasta tuvo tiempo de fotografiarlo, parecía que la máquina o sus tripulantes sabían lo que hacía y hasta colaboraron con su toma. Se ladeaba de un lado a otro, e incluso, puede decirse que tuvo la gentileza de girar 180 grados para que observara su parte inferior. Esa es su mejor prueba de..., no sabe cómo llamarle y lo pone en duda, ya que pudieron haber sido aviones experimentales de Europa, de Rusia y hasta de Estados Unidos o lo que todos pensaban y nadie se atrevía a hablar, naves construidas fuera de este mundo.

    De lo que sí Liam puede dar fe, es que en los medios de comunicación han aparecido naves como aquella, incluso en este siglo XXI. Faltaría ver si la NASA o la NSA ya han descubierto de qué tipo de aeronaves se trata y si son terrestres o alienígenas.

    El teniente coronel McArthur terminó su servicio en la RAF y se fue a vivir a las montañas de Dumbarton, su tierra natal, donde ahora se dedica a escribir lo que vio, escuchó y en lo que se involucró en varias oportunidades, cuando volaba como copiloto o como comandante del escuadrón. También cuando paseaba en cercanías de la base aérea donde estaba destinado o cuando en las noches recordaba y pensaba una y otra vez en lo que había presenciado y pensaba lo que plasmaría en sus escritos como imborrable recuerdo de su existencia, para que el mundo conociera la verdad de lo que ocurre con los seres que nos han visitado desde tiempo ancestral, así como los que nos visitan y vigilan actualmente, o los que nos han dado la tecnología para que personas de mente amplia pudieran captar esos mensajes y descubrir lo que ellos quieren revelar para salir de nuestro atraso tecnológico.

    Liam McArthur se instaló cómodamente en una bella casa de estilo Tudor, de dos plantas y con un jardín que envidiarían en Londres, repleto de rosas y buganvilias. Destinó una habitación al dormitorio y en el primer piso trabaja en un salón donde escucha música, con un escritorio de roble macizo, que será testigo de sus largas jornadas de escritura, iluminado por un candil art deco. Este lugar le produce júbilo, pues allí encuentra la tranquilidad que necesita para recordar fielmente todo lo que escribirá para su libro y podrá sopesar la credibilidad de sus afirmaciones. En él contará sus experiencias, así como las de otros colegas de la RAF, como testimonios de gente que no ha tenido instrucción militar.

    Antes de iniciar sus escritos tendrá que asesorarse de eruditos en este tipo de temas y científicos que estén estudiando las posibilidades de que alienígenas nos hayan visitado en un pasado lejano y hayan regresado para indagar acerca de nuestro desarrollo tecnológico. También consultará con connotados exponentes sobre Alienígenas Ancestrales 1, que han estado plasmando sus teorías en programas de History Channel, aquella serie televisiva que inició el ocho de marzo del 2009 con el nombre de Chariots, dioses y más allá y el veinte de abril del 2010 se perfiló con el primer capítulo y siguientes, con títulos tan sugestivos como The Evidence, The Visitors, The Mission Closer Encounters, The Return y así sucesivamente, muchos títulos sobre estos amigos que moran más allá de las estrellas, cuya inspiración está en las teorías de Erich Von Daniken y Zecharia Sitchin.

    Pero estas manifestaciones, vistas por más de dos millones de personas, tuvieron sus contradictores en otra serie de TV. Ancient Aliens Debunked, donde se desmienten las construcciones antiguas que dicen fueron realizadas por extraterrestres. Así mismo, los artefactos antiguos como el Cohete de Pascal, los Aviones de To, la Lámpara eléctrica egipcia, los Ovnis en el arte antiguo, los Cráneos de cristal. Hacen también referencia a la guerra nuclear ancestral los Anunnaki, los Nefilim y la Rueda de Ezequiel, temas que Liam consignará y ampliará en su novela, no sin antes reconocer, tanto a los creadores de la serie que promueve el conductor radial George Noory y el melenudo Giorgio Tsoukalos, como producida por Chris White y comentada por el Dr. Michael Hesier.

    Parte de sus investigaciones acerca de quiénes son los mejores estudiosos del tema ovni, Liam ha encontrado eruditos en Europa y en América. Se ha concentrado en primera instancia en lo más cercano y ha descubierto que en Alemania, exactamente en la Frankfurt University of Applied Sciences se encuentra el Dr. Hans Werms, de forma que de inmediato le escribe acerca de una de sus inquietudes e investigaciones del fenómeno ovni.

    Liam ha observado que existen algunos humanos que actúan de modo diferente al común y que parece que tienen conocimientos mejorados a los demás mortales, los considera como humanos híbridos; es decir, a su parecer su origen fue el cruce de alguna raza alienígena de una civilización milenaria y muy adelantada, con la especie humana, generando seres más capaces para adquirir conocimientos y promulgarlos y lo hacen con el ánimo de que la especie humana pueda desarrollarse mejor.

    La contextura de su cuerpo puede o no ser semejante a los humanos, pero llama la atención que algunos de estos híbridos tienen ojos negros, nariz aguileña, rostro perfilado y orejas alargadas al mejor estilo de Mr. Spock de la famosa serie de TV Viaje a las Estrellas; son taciturnos, analíticos; y pueden tener ciertas capacidades extrasensoriales como la telequinesis y la telepatía.

    Se ha preguntado si será correcta su decisión de buscar estudiosos en el tema, o si indefectiblemente lo tildarán de paranoico o demente. Sin importar lo que intente, ese es su propósito y lo seguirá hasta que encuentre científicos que le ayuden a sostener sus teorías y vivencias.

    Le escribe al Dr. Hans Werms, para solicitarle que lo reciba en su despacho en Fráncfort y le manifiesta sucintamente el porqué de su visita, sin explicarle que el fin primordial es lograr argumentos científicos, (porque como decía el gran astrónomo Carl Sagan, lo que no se pueda probar por medios científicos no existe), que ciertos extraterrestres son humanos con algunas mejoras, que llegaron a la Tierra y su ADN sólo se está activando en este siglo XXI; también que nuestros creadores están modificando nuestra genética y creando híbridos con intenciones justas, para ayudar a mantener la vida y a esta civilización que se está autodestruyendo.

    Es probable que esos seres de las estrellas nos trasladen parte de esa experiencia adquirida en millones de años y que interactúen con nosotros los humanos ordinarios sin que lo notemos.

    Su propósito es ampliar nuestra conciencia y formas de vida, al traer armonía y una sensibilidad plena de tranquilidad espiritual, de procreación inteligente, de convivencia pacífica y dotarnos de una consciencia especial. De esta forma evitan ocasionar ningún tipo de emocional en nosotros.

    El profesor Hans le contestó de inmediato:

    "Sr. coronel,

    noto que el motivo de su visita es bastante inusual y merece prestarle toda mi atención, así que lo espero cuando usted desee"

    Esa respuesta llena a Liam de emoción, por lo que de inmediato llama a su esposa Anne, con quien ha compartido sus últimos cuarenta y dos años y quien ha sido su confidente, amiga y madre de sus dos hijos Charles y Philippe, de los que se siente orgulloso. Han sabido triunfar en la vida y trabajan en lo que más les gusta, el arte de los negocios. Para ello se prepararon en universidades de los Estados Unidos y Europa, con maestrías en Bussines Administration (MBA) y calificaciones óptimas; entendieron cómo funciona el mundo y casi se podría asegurar que pueden predecir lo que va a suceder en un futuro muy próximo, pues son un par de terrícolas con un CI que únicamente tiene el cinco por ciento de la población. Se les considera altamente dotados, en sus ratos de ocio y en las reuniones familiares intercambian con su padre ideas, noticias, investigaciones y todo lo relativo a los extraterrestres. En especial Charles, avezado investigador de estos fenómenos y quien instó a Liam a cifrar sus apreciaciones y buscar la verdad sobre el tema, sin dejar de lado al resto de la familia. Su esposa Anne, su otro hijo varón, Philippe, disfrutan de lecturas y videos sobre el curso del mundo en cuestiones del comportamiento socioeconómico y son muy acertados en sus conjeturas.

    Con su esposa la complicidad intelectual surgió gracias al vínculo de moda de la época, el sagrado matrimonio entre dos seres de diferente género. Siempre le dice:

    —Liam, si para desarrollar tus ideas es necesario acudir a gente con conocimientos científicos y los has encontrado, adelante, comprendo que hayas decidido retirarte a Dumbarton a la cabaña de tu padre, en la que descansabas del estrés que te producían los combates aéreos.

    Ellos también llevaban a sus hijos a Dumbarton para cambiar de ambiente, descansando y tomando fuerzas para cuando fueran llamados para otro combate o para entrenar a pilotos novatos. Esta tranquilidad se produce al sentir el aroma de la naturaleza, el suave roce de los rayos solares y el murmullo del pequeño riachuelo que circunda la propiedad. Liam también se sume en los recuerdos de cuando era chico y su padre los llevaba, junto con sus hermanos Ralf y Eileen y les hablaba de la naturaleza, de la paz interior que se siente viendo las nubes, las montañas, el crujir de las ramas cuando se pisan, el olor de las flores en primavera y el caer de las hojas del otoño.

    —Hijos, hay que respetar la naturaleza, pues ella es la madre tierra que nos vio nacer y a la que llegaremos al final de nuestra existencia para fundirnos en uno sólo y continuar así el ciclo de la humanidad y que puedan vivir no sólo las plantas, los minerales y los líquidos que corren por sus entrañas, como el agua, el gas y el petróleo, donde cada cual tiene su función en el universo.

    Dejando de lado estos gratos recuerdos que nos conectan con el alma y retornar a la realidad, Liam continúa planeando su viaje a Fráncfort. "Lo primero que haré es afinar el propósito de mi visita al Dr. Werms, y por supuesto llegar a Londres", piensa. Así que procede a comprar el billete para el trayecto en tren de Glasgow a Londres y el tiquete aéreo de Londres a Fráncfort Tendré tiempo para descansar, pues mi mente ha estado ocupada en la conversación que voy a tener con el afamado científico.

    Liam también ha estado pensando en cómo iniciar la novela que ha tenido represada por más de treinta años sobre los avistamientos de ovnis que presenció junto con los colegas pilotos, mientras servía a la corona inglesa. En el servicio estaba prohibido hablar del tema y hasta se cuidaban de mencionarlo entre ellos, so pena de ser destituidos e incluso en caso de hacerlo público y tener que ir a Corte Marcial.

    Liam llega a Londres, ciudad que trae a su memoria plácidos momentos del tiempo en que ingresó a la RAF, sus estudios de ingeniería y su grado como ingeniero aeronáutico.

    Al estar de paso, intención no es quedarse en la ciudad, ya habrá otra oportunidad. Por ahora sólo está en su pensamiento tomar un avión que lo conduzca a Fráncfort, Alemania, donde entrevistará a algunas personas que dicen haber tenido experiencias con ovnis. Este es el primer viaje de indagaciones sobre la presencia de seres interestelares en la Tierra y se les reconoce como alienígenas ancestrales que han sido constructores de nuestra humanidad, de los que aún se habla, se discute, se interpreta y se sacan diversas teorías. Hasta se habla de encuentros con emisarios de razas extraterrestres disgustados con los líderes del planeta.

    Aterriza en el aeropuerto de Fráncfort, pasa inmigración y aduana y al salir se maravilla con todos los modelos de aeroplanos de la Segunda Guerra, que están colgados de los techos de la terminal de llegada internacional. Ensimismado en sus pensamientos siente un cosquilleo en el occipital, como si algo o alguien quisiera molestarlo o indicarle que le preste atención, por lo que su mente queda alerta.

    ¿Qué me está pasando?, se pregunta, No es nada, piensa, tal vez sea el cansancio del largo viaje que me ha agotado. Siente un gran deseo de salir de inmediato del aeropuerto y decide sin pensarlo que debe obedecer a su instinto ¡Rápido, Liam, fuera de aquí!.

    De pronto percibe que una emisión de ondas electromagnéticas interfiere en su cerebro y tratan de conectarse a sus ondas cerebrales, cree que le están enviando un mensaje, pero no reconoce si es del exterior o si se trata de algún aparato que desconoce y trata de entrar en su sistema. Sea lo que fuere, está consciente y su mente procesa con claridad lo que le están queriendo hacer saber.

    El mensaje parece que lo produjera una voz humana:

    —Coronel, no se preocupe por la manera en la que me comunico con usted, de pronto no fui prudente para indicarle que tuviera su mente en estado de reposo y libre de pensamientos negativos para que yo pudiera enviarle ciertos mensajes necesarios para su seguridad personal. El caso es, coronel, que no alcancé a entregarle a tiempo el mensaje hace algunos minutos... y usted preguntará, ¿a tiempo de qué?... a lo que respondo, que no lo alcanzaran los efectos de las ondas explosivas del artefacto que explotó, sólo logré que tuviera una especie de premonición para alejarse del sitio de manera inmediata. La orden que tengo es salvaguardar su integridad a toda costa, me estaré comunicando con usted por este medio, que es tan inusual como efectivo y seguro. Mi percepción es más alta que la de mis semejantes, lo que hace que pueda predecir con antelación hechos que pueden suceder casi al instante. Pasa gracias a mi sistema sofisticado de vigilancia sobre determinados seres terrícolas que tienen connotaciones especiales y que mis jefes han determinado. Por ahora, vaya en paz y seguro, en otra oportunidad me comunicaré con Ud. y podré establecer más fácilmente la conexión neural.

    —Espere, espere, no se vaya, no me deje con la incógnita de lo que está pasando, ¿cómo es que se conecta por medio telepático conmigo? sobre todo, ¿quién es usted? ¿por qué me vigila y me previene de algún suceso dañino? –logra Liam preguntarle de golpe.

    —Coronel, no puedo en este momento entablar un diálogo, pero le aseguro que tendremos muchas más conexiones. Por ahora me retiro, tengo que atender obligaciones con otras personas –le responde aquel ser.

    La situación confusa que le acaban de revelar le apremia, quiere salir de inmediato, al sentirse raro, tiene la sensación de que algo pasará y sin analizar su conducta inapropiada, sale casi corriendo. Su cerebro se llena de divagaciones:

    —¿Será que estoy perdiendo la razón o estoy fantaseando o incluso alucinando que alguien se acaba de conectar a mi cerebro por medios telepáticos?, tal vez no escuché la alarma de seguridad del aeropuerto y se ha producido un incendio o terroristas han tomado las instalaciones como cuando los palestinos asesinaron a los deportistas israelíes en los Juegos Olímpicos en Múnich, por allá en el año 1972, o simplemente escuché la voz de otro pasajero hablando con alguien y me confundí, o será que mi ángel guardián realmente existe y me avisa de un peligro inminente. Puede ser que mi sexto sentido sea muy fuerte.

    En un momento dado Liam recobra la serenidad y recuerda por qué está en este aeropuerto, se llena de intriga y algo de recelo, pero vuelve a la realidad y piensa en el objeto de su viaje, las entrevistas a gentes desconocidas, pero con algún parecido físico y dones, poderes o conductas diferentes a las del común de los humanos con los que nos relacionamos diariamente. Comprende firmemente la importancia de las investigaciones y observaciones de los últimos años y que plasmará en el libro y, aunque no es un erudito en estos problematizados temas, cree que logrará atraer la atención de la comunidad científica, ya que hay pasajes, hechos y encuentros verdaderos que aunque no ha podido probar, al aportar pruebas materiales, y, aunque parezcan irreales, hacen que el lector se vuelva más observador y con las respectivas señales de que sí existen humanos híbridos y caminan a nuestro lado, porque además, así lo han querido nuestros creadores; puede ser un músico que admiramos, un director de orquesta, el saltimbanqui del circo, el psicoanalista al que asistimos, los psiquiatras que tratan de poner en orden nuestros pensamientos, el conserje del hotel, las mucamas, ciertos profesores en las universidades y hasta algún miembro de nuestra familia. También los pilotos de aerolíneas comerciales y en grado sumo los pilotos militares, de los cuales se hablará más adelante, pues durante veinte años Liam compartió hazañas increíbles.

    El coronel sigue meditando el objeto de su visita a Fráncfort, donde está para documentarse y tener un amplio acervo de conocimientos científicos y pruebas para insertar en el libro. De inmediato lo seduce la idea de que lo que siente es parte del proceso del conocimiento y desarrollo de su teoría acerca de ello.

    —¡Salga, muévase! –le solicitan los demás pasajeros que quieren acceder a la calle de la forma más rápida posible.

    Liam sigue cavilando si lo que le está sucediendo es real o simplemente su mente le está jugando una mala pasada: Tal vez es que los híbridos me están poniendo sobre aviso de que algo pasará, porque no desean que sea una víctima circunstancial o porque no quieren que me pase algo, de seguro para tener en otra ocasión algún encuentro..., analiza Liam. Reflexiona en lo que consignará en su libro, será la realidad manifiesta de las entrevistas, tanto de los híbridos que velan por el bienestar y desarrollo de la humanidad terrícola y son por naturaleza buenos, como los que tienen otras misiones, como poner en la Tierra bases para ayudar a que sus congéneres y creadores puedan moverse por el universo, en especial por la galaxia, sin interesarles el daño que puedan causar en el medioambiente o en la extracción de nuestros recursos más preciados.

    Rápidamente retumban los altoparlantes de la terminal aérea:

    —A todos los viajeros, salgan de inmediato. Estado de alarma general. Está en curso un asalto terrorista.

    Sin embargo, el aviso de los guardias de seguridad del aeropuerto es tardío, se empiezan a escuchar los disparos de fusiles automáticos, Liam está en medio de una balacera entre los terroristas, las fuerzas del orden, agentes secretos, guardas de seguridad del aeropuerto, pero lo único que puede distinguir realmente es a miembros de la Fuerza Élite del ejército alemán KSK, unidad especial compuesta por los más sobresalientes militares de las varias ramas del ejército. Las conoce porque son fiel copia del Special Air Service británico (SAS), y del United States Special Forces (US SOFT), esto lo sabe, porque como militar de combate fue adiestrado, tanto en EE.UU. como en Gran Bretaña, para reconocer a militares de estos gobiernos, además de estar preparado para identificar los sonidos de las diversas armas.

    Jadeando corre con su maleta y sale por fin al lugar donde se toman los taxis para la ciudad, ninguno de los pasajeros respeta el orden de llegada y se abalanzan en manada, por suerte una taxista le dice en voz alta:

    —Súbase señor ¿a dónde lo llevo?

    Después de empujar a otro peatón que creyó que la taxista le hablaba, se sube y ya alejado algunas yardas, escucha una explosión retumbante, ensordecedora y ve una humareda bastante grande. Liam no puede evitar preguntarse si las bombas pueden haber sido un aviso para no continuar con sus investigaciones o si fue mera casualidad. Sale ileso, pero atemorizado del atentado terrorista, se dirige al taxista para darle las gracias por la oportunidad de tomar su vehículo y le indica la dirección de su destino, el Movenpick Hotel Fráncfort, Main City en el centro bancario de Fráncfort. El taxi es un Mercedes 300 E de color blanco conducido por una mujer bastante gruesa, cuya voz, y el resto de su ser parece de hombre, aunque esto le tiene sin cuidado, después de todo estamos en pleno siglo XXI. Toma su Teléfono Celular y ubica la dirección del hotel. Lo mira con curiosidad por el espejo retrovisor, como indagando quién es y, sin mediar palabras pone a prueba su pericia acelerando por la autopista a más de 150 Km por hora.

    —¡Señora! ¿Podría ir un poco más despacio?, he tenido un día bastante movido –exclama Liam muy intranquilo.

    —Mire señor, esto es Alemania, no se preocupe, fabricamos los mejores autos del mundo –ontesta ella con sonrisa fingida.

    Liam mira la identificación que lleva el auto y le insiste a Gertrudis para que baje la velocidad, pero la carrera continúa. Se encuentra abrumado, primero la bomba en el aeropuerto y ahora una conductora que pone a prueba los nervios de los más aplomados pasajeros del mundo.

    ¿Será que no debo continuar con mis investigaciones, o simplemente son coincidencias? –se pregunta. Llega al hotel más aturdido, confundido, cansado y tembloroso. Despide a la poderosa taxista y trata de borrar de su mente lo sucedido en la última hora. Siente que alguien se acerca sigilosamente y toma la maleta, es el portero del hotel quien amablemente lo conduce al interior del lobby y al notar que está un poco alterado le dice:

    —Señor, ¿desea algo de beber, agua... un café?

    —Sí, por favor un vaso de agua –responde sin vacilar. Lo toma de un solo sorbo, respira hondamente como si le hubiera quitado un peso de encima. Se acerca a la recepción y una bella dama le pregunta.

    —¿El señor tiene su reservación?

    —Sí señora, mi nombre es Liam McArthur –responde de inmediato.

    —Coronel McArthur, por favor necesito una tarjeta de crédito –le indica.

    —Muy bien, aquí la tiene, es una Blanchard.

    Ella la corre por el aparato que la graba y se la devuelve junto con la llave de la habitación No. 111, artefacto que no cuadra para la época, pues es de metal, pendiente de un llavero con el logo del hotel y la dirección, además resulta incómodo de llevar en el bolsillo.

    Liam se acerca al elevador que lo conducirá al piso once y mientras espera sus pensamientos lo llevan a lo ocurrido en el aeropuerto. Entra a la habitación y lo primero que le viene a la mente es ubicar el bar, donde encuentra una de esas botellitas de scotch, que, a propósito, son de las más costosas, porque el servicio hotelero ha decidido que al tenerlas a mano pueden cobrar al huésped lo que se les antoje. Sin usar vaso alguno, toma el contenido y reconfortado abre su portafolio para mirar algunos apuntes sobre el tema del libro, anota con lujo de detalles lo sucedido, pero está agotado y se queda dormido profundamente.

    DR HANS WERMS-FÍSICO TEÓRICO

    Son las 7:30 a.m., lo despierta el teléfono de la habitación.

    —¿Hablo con el coronel McArthur? –pregunta una voz grave.

    —Sí, él habla, ¿quién lo busca? –responde aún soñoliento.

    —El Dr. Hans Werms. Disculpe que lo llame tan temprano coronel, pero su correo decía que llegaría ayer y estoy apresurado de hablar con usted acerca de lo ya planteado –le dice.

    —Muy bien Dr. Werms, estaré con usted después de tomar un café, ¿estaría bien a eso de las 9:00 a.m. en su oficina del Centro de Investigaciones? –le pregunta ya completamente despierto.

    —No coronel, para mí sería más conveniente que nos veamos en el Gruneburg Park. A esa hora no habrá más que uno que otro deportista, tomaremos el aire de la mañana –argumenta el Dr.

    —No lo considero prudente, Dr. Werms, realmente prefiero en su oficina –le advierte Liam cortésmente.

    —Bien coronel, aquí lo espero entonces, tiene la dirección en alguno de los correos que le envié, ¿cierto? –inquiere él.

    —Sí señor, gracias de nuevo.

    Liam se viste con rapidez una chaqueta de tweed, suéter de lana, camisa azul pantalón caqui, corbata plana de color borgoña y zapatos café. Pide un taxi sin poder evitar pensar en el que tomó ayer que lo trajo a alta velocidad. Pronto aparece un señor ya entrado en años, al que le da la dirección y raudo lo lleva a su cita de encuentro con el mejor y más talentoso investigador de la Antropología Social y Física, que entiende Liam, salvo que el mismo Dr. Werms lo corrija, es el estudio integral del ser humano a partir de herramientas de las ciencias sociales y naturales. Aunque lo que le quita el sueño es la Antropología Genética, que utiliza técnicas moleculares para conocer la evolución humana, su interrelación con los humanos originales y los demás que tienen una naturaleza más avanzada que la nuestra.

    Sólo el científico Werms puede darle a Liam ese conocimiento tan valioso para validar y demostrar su teoría sobre la aparición de esta nueva humanidad sobre el planeta, aunque a veces piensa que esos seres nos han acompañado desde tiempos inmemoriales.

    El Dr. Werms desarrollo una técnica para identificar a nuestros compañeros de convivencia en la Tierra, quienes poseen capacidades superiores a las nuestras, en particular un avanzado pensamiento. Son muy inteligentes y muestran aptitudes especiales que les permite, por ejemplo, contribuir al desarrollo a partir de sentimientos de paz y amor.

    Cuando nacen, su ADN se activa automáticamente, impulsando la energía de su cuerpo, así como sus capacidades biológicas y mentales permitiéndoles concientizar a la humanidad de los errores cometidos a través de los tiempos. Estos increíbles seres lograrán cambios que serán notados por toda la humanidad en un futuro muy cercano.

    Esta nueva especie ha poblado la Tierra de varias maneras: desde otros planetas de nuestra galaxia o del más allá en épocas pretéritas o son humanos que traen en su ADN órdenes para activarse con esas dotes especiales; sin embargo, Liam que no es estudioso de estos temas cree más bien que nuestros creadores se dieron cuenta que se necesita una ayudita para mejorar la inteligencia del Homo sapiens sapiens, por lo que modificaron su ADN y sin esperar activación alguna, estos seres nacen así, superdotados de una vez. Sin embargo, será el propio Dr. Werms quien le dirá si tiene razón o sólo está especulando.

    —¡Buen día Dr. Werms! –saluda Liam al llegar a sus oficinas.

    —Buen día coronel McArthur, gracias por venir.

    —Gracias a Ud. por recibirme. He de confesarle, Dr. Werms, que tengo grandes expectativas por satisfacer mi curiosidad de escucharle como a uno de los más doctos en las ciencias antropológicas y biométricas –le dice sin dudarlo.

    —Coronel McArthur, creí que se demoraba un poco, sírvase una taza de té o café, en un momento estoy con usted –le indica el Dr. Werms.

    —Gracias doctor, que amable –le contesta.

    —Pues bien –inicia el Dr. Werms, en los últimos veinte años he estado investigando las características biológicas del ser humano. Aplico como referencia de análisis y medición la Antropología y la Biométrica; es decir, comparo ciertas estructuras que son determinantes en un individuo con las estructuras de otro individuo, específicamente el cráneo y el rostro, en otras palabras, mi respetado coronel, analizo a los seres humanos por sus rasgos biométricos, que son las características físicas y conductuales captadas por cámaras fotográficas e interpretadas por una computadora. También busco en la memoria el tipo de conducta podría tener ese individuo o grupo.

    Ahora bien, en mis investigaciones trato de trabajar sobre seres humanos que han sobresalido en diferentes áreas, ya sea por sus proezas, su ingenio, su destreza, su inteligencia o porque desde infantes se destacaron entre el conglomerado mundial de habitantes del planeta Tierra: artistas, escritores, filósofos, psicoanalistas, psiquiatras, inventores de la tecnología moderna, genios que han maravillado al mundo con sus obras en pro del desarrollo de la humanidad.

    Todos estos personajes tienen características especiales en su rostro, especialmente en sus ojos, en la manera de conducirse en las relaciones que establecen con otros humanos y muchas otras que usted llegará a conocer en el transcurso de nuestras conversaciones.

    —Coronel, aquí en Fráncfort existen algunos personajes que vale la pena investigar desde mi óptica de lo que se ha llamado hijos de las estrellas que se mezclaron con los terrícolas...

    —¿Cómo cuáles, Dr. Werms? –se apresura en preguntar el coronel.

    —Vamos, coronel no sea tan impaciente. Estoy seguro que Ud. quedará maravillado, sorprendido y convencido de nuestras teorías.

    El Dr. Werms continúa:

    —Hemos desarrollado, junto con mi equipo, algoritmos para cotejo facial; es decir, para comparar las características de los rostros de los sujetos cuando han sido fotografiados de forma similar, esto es, bajo el mismo ángulo y luminosidad. Nuestro sistema busca comparar medidas faciales, por ejemplo, la distancia entre los ojos y los oídos. Así se logran símiles que nos permiten elaborar patrones para describir y catalogar la contextura facial. La voz también se almacena y queda lista para ser equiparada. El sistema capta las sensaciones del cuerpo del sujeto, los movimientos y hasta la manera de caminar y comunicarse con otros sujetos, aunque finja la voz.

    —Dr. Werms, invoca el coronel y, ¿qué otras características físicas podríamos sumarle a su descripción?, porque creo que el solo parecido facial no alcanza para sostener una teoría.

    —Paciencia de nuevo, coronel. Analizamos en los individuos catalogados como muy similares, sus rostros, la estructura de su cuerpo, el peso, el cabello y, en especial, la estatura, la cual varía como mínimo entre 182 cm a 200 cm esto lo digo porque investigadores curiosos, que no cuentan con formación científica en la Biométrica, hablan de otras razas de extraterrestres de tamaño pequeño, que sembraron sus embriones y desarrollaron híbridos humanos de menos de 160 cm, pero muy prolíficos en sus conocimientos y connotados en sus actuaciones diarias –responde el Dr. buscando sus apuntes en unos cajones bastante disimulados, ubicados en la parte inferior de la estantería de su gran biblioteca.

    En ese momento timbra un teléfono instalado en un escritorio de una bellísima madera de nogal.

    —¿Con quién desea hablar? –contesta el Dr. Se alcanza a escuchar la pregunta de una voz clara, firme y de buen timbre:

    —¿Habla el Dr. Werms?

    —Sí, ¿con quién hablo?

    El Dr. Werms se retira a la otra habitación.

    —Eso no importa –aduce alguien —lo importante es que Ud. sepa que conocemos de sus investigaciones sobre

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