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El gran desafío
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El gran desafío

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Es un lugar común afirmar que la democracia colombiana está en crisis. En realidad, lo que ha sucedido ―sin que la mayoría de la opinión pública nacional se haya dado cuenta―, es que el sistema llamado democrático ha venido evolucionando desde hace mucho tiempo.
Que, mientras entre nosotros se ha mantenido un estancamiento político en beneficio de los miembros del "establishment", en los países verdaderamente democráticos se ha venido cumpliendo una reforma permanente de las estructuras del Estado, en beneficio del progreso y del bienestar de la comunidad.
Esta falta de conciencia política de la gran masa colombiana ―y también de muchos sectores importantes de la clase media y alta―, es producto tanto del dominio que los miembros reaccionarios de las clases dirigentes han mantenido sobre los medios de difusión del pensamiento; corno de la existencia de una democracia formal que le ha dado al pueblo ―políticamente ignorante― la ilusión de que goza de una libertad, cuando en realidad el sistema no conlleva ninguno de los beneficios materiales y espirituales que deben ser el propósito de un régimen verdaderamente inspirado en el mejor estar del pueblo.
Hoy, quienes hasta hace muy pocos años vivían en un estado de sumisión intelectual y material, comienzan a sacudir su ignorancia gracias a la conciencia que están adquiriendo de sus derechos, y de la posibilidad de hacerlos valederos.
Como consecuencia de esta toma de conciencia las masas están desarrollando un sentimiento político nuevo que las lleva a rechazar las banderas con las que antaño fueron conducidas a inútiles sacrificios en los campos de batalla y que, en cambio, las impele a buscar caminos que las conduzcan a la liberación económica, a la cultura, a la seguridad social. Es decir, a la verdadera democracia.
Esta democracia debe tener un objetivo y un propósito que puede enunciarse como la obtención de la justicia social. Y la justicia social solo se alcanzará saliendo del subdesarrollo.
Este es el gran desafío que se presenta a los pueblos del sur del Río Grande, y al cual se encuentra enfrentada concretamente Colombia.
O buscamos la evolución de las estructuras por medio de una evolución pacífica, ojalá facilitada por la clase dirigente, o no habrá más recurso que apelar a los métodos revolucionarios, porque el pueblo colombiano está impaciente y no parece dispuesto a inclinarse indefinidamente ante el mito de una legalidad esclavizante que lo tiene sumido en la abyección espiritual y material.

LanguageEnglish
Release dateMar 8, 2021
ISBN9781005867430
El gran desafío
Author

Alberto Ruiz Novoa

Alberto Ruiz Novoa, nació el 3 de enero de 1917 en Bucaramanga y murió en Bogotá el 17 de enero de 20017. Militar, estadista, escritor, y candidato a la presidencia en 1966, con la tesis de El Gran Desafío. Ministro de guerra durante el gobierno de Guillermo León Valencia y comandante del Ejército Nacional durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo, lapsos gubernamentales en los que desarrolló ingentes esfuerzos para pacificar el país, para la época asediado por la violencia tripartidista estimulada simultáneamente por los directorios de los partidos liberal, conservador y comunista.Autor intelectual y artífice del famoso Plan Lazo, mediante el cual se comprometieron los ministros del despacho a aportar esfuerzos, sinergias y grados de responsabilidad en la búsqueda de soluciones de Estado a la violencia subversiva y los problemas derivados de las anquilosadas estructuras políticas, que desde siempre han impedido el desarrollo armonioso del país.Su experiencia como alumno del curso para oficial de Estado Mayor en la República de Chile durante cuatro años, con estudios complementarios de Economía y Administración de empresas, comandante del batallón Colombia en la guerra de Corea y luego durante cinco años continuos como contralor general, sumado a su permanente preocupación por el enriquecimiento intelectual, lo convirtieron en el militar colombiano mas importante del siglo XX.Su libro titulado El gran desafío es un manual práctico de instrucciones para estadistas, y para quien quiera tener focos precisos acerca del liderazgo político en Colombia.

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    El gran desafío - Alberto Ruiz Novoa

    El gran desafío

    General Alberto Ruiz Novoa

    Tercer Mundo Ediciones

    Bogotá Colombia

    El gran desafío

    © General Alberto Ruiz Novoa

    Tercer Mundo Ediciones

    Primera edición, abril de 1965

    Bogotá Colombia

    Reimpresión marzo de 2021

    © Ediciones LAVP

    ISBN 9781005867430

    Smashwords Inc

    Hecho el depósito de ley, establecido por las leyes de la república de Colombia. Ninguna persona natural o jurídica puede reproducir la totalidad o parte de esta obra, sin contar con la autorización escrita del Editor. Todos los derechos reservados

    El gran desafío

    Prólogo

    I El desarrollo económico, el Estado y el hombre colombiano

    II El Ejército y sus responsabilidades

    1. La misión del Ejército

    2. Nuestra posición

    III Los pilares de la transformación

    1.La justicia como propósito nacional

    2. Un Ejército al servicio del pueblo

    IV. La reforma de nuestras estructuras

    V. La crisis de la democracia colombiana

    1. Las Fuerzas Armadas y el derecho de opinión

    2. Sinrazones de un conflicto

    VI. La organización de la victoria

    Prólogo

    Es un lugar común afirmar que la democracia colombiana está en crisis. En realidad, lo que ha sucedido ―sin que la mayoría de la opinión pública nacional se haya dado cuenta―, es que el sistema llamado democrático ha venido evolucionando desde hace mucho tiempo.

    Que, mientras entre nosotros se ha mantenido un estancamiento político en beneficio de los miembros del establishment, en los países verdaderamente democráticos se ha venido cumpliendo una reforma permanente de las estructuras del Estado, en beneficio del progreso y del bienestar de la comunidad.

    Esta falta de conciencia política de la gran masa colombiana ―y también de muchos sectores importantes de la clase media y alta―, es producto tanto del dominio que los miembros reaccionarios de las clases dirigentes han mantenido sobre los medios de difusión del pensamiento; corno de la existencia de una democracia formal que le ha dado al pueblo ―políticamente ignorante― la ilusión de que goza de una libertad, cuando en realidad el sistema no conlleva ninguno de los beneficios materiales y espirituales que deben ser el propósito de un régimen verdaderamente inspirado en el mejor estar del pueblo.

    Como lo expresó The New York Times, en un editorial que causó la indignación a los pontífices criollos, Colombia es un país dominado por una oligarquía de terratenientes, banqueros y comerciantes, liberales y conservadores, donde las alternaciones del régimen político en nada han beneficiado a los obreros y campesinos pobres.

    Pero los tiempos han cambiado. La amplitud y el alcance de los medíos de comunicación han terminado con el aislamiento de los obreros y de los campesinos analfabetos. Hoy, quienes hasta hace muy pocos años vivían en un estado de sumisión intelectual y material, comienzan a sacudir su ignorancia gracias a la conciencia que están adquiriendo de sus derechos, y de la posibilidad de hacerlos valederos.

    Como consecuencia de esta toma de conciencia las masas están desarrollando un sentimiento político nuevo que las lleva a rechazar las banderas con las que antaño fueron conducidas a inútiles sacrificios en los campos de batalla y que, en cambio, las impele a buscar caminos que las conduzcan a la liberación económica, a la cultura, a la seguridad social. Es decir, a la verdadera democracia.

    Esta democracia debe tener un objetivo y un propósito que puede enunciarse como la obtención de la justicia social. Y la justicia social solo se alcanzará saliendo del subdesarrollo.

    ¿Cuál es la situación de Latinoamérica? Para el presidente Kennedy era el área más crítica del mundo. Veamos como describe el panorama latinoamericano el afamado profesor de Harvard (1):

    (1) Peter Nehemkis. Latin America, Myth and Reality. Knopf., 1964.

    "Latinoamérica es crítica e importante pero no por la probabilidad de otra situación igual a igual a la de Cuba, aunque este factor no puede ignorarse. El problema real es mucho más profundo. Consiste en la desesperación del hombre común; en el cinismo y la irresponsabilidad social de la mayoría de los ricos; en la corrupción de las altas esferas; en el sentido de inferioridad e inseguridad del pueblo; en la identificación emocional de la clase media con el estado de cosas institucional; en el rimbombante nacionalismo; en la envidia y el resentimiento hacia Estados Unidos; en la predilección de la violencia como sustituto del sufragio político; en la parálisis del deseo de llevar a cabo reformas sociales.

    Estas son las manifestaciones de un desorden clínico que yace profundamente, en el subsuelo de la conciencia histórica latinoamericana. Porque la verdad es que Latinoamérica es una sociedad enferma. Está enferma social, política y económicamente. Está enferma espiritualmente. Cada enfermedad se nutre de las otras y la podredumbre es total".

    Se refiere luego a la anotación de Germán Arciniegas, quien afirma que existen dos Latinoamérica: La visible y la invisible. La visible está constituida por la clase más favorecida, que es una pequeña minoría. La invisible son los 140 millones de desamparados latinoamericanos los cuáles el día que puedan ser oídos se convertirán en un incendio que lo consumirá todo o en una antorcha luminosa.

    Este es el gran desafío que se presenta a los pueblos del sur del Río Grande, y al cual se encuentra enfrentada concretamente Colombia.

    O buscamos la evolución de las estructuras por medio de una evolución pacífica, ojalá facilitada por la clase dirigente, o no habrá más recurso que apelar a los métodos revolucionarios, porque el pueblo colombiano está impaciente y no parece dispuesto a inclinarse indefinidamente ante el mito de una legalidad esclavizante que lo tiene sumido en la abyección espiritual y material.

    Si se cumple la tendencia histórica de las sociedades tradicionales de mantener a toda costa sus privilegios, asumiendo una política ciega y suicida, hay necesidad de apelar a la con ciencia de lo que llama Walter Rostow, la coalición modernizante, formada por los militares, la inteligencia secular y los empresarios innovadores, quienes constituyen la clase media de la nación, para que en un esfuerzo coordinado fundan al Estado Nuevo.

    Le corresponderá a esta coalición asumir la tarea de liberar a su patria de los encomenderos criollos, poseedores de todos los defectos y de ninguna de las virtudes de sus antecesores pasados españoles. Este es como dijimos, el gran desafío que la patria lanza a sus hijos.

    Veamos cómo plantea Nehemkis (1) el problema:

    (1) Obra citada.

    "El hemisferio occidental se encuentra ante una de las grandes encrucijadas de la historia: ¿será Latinoamérica capaz de efectuar una transición ordenada hacia el Siglo Veinte? ¿puede cumplirse la revolución social latinoamericana, de manera pacífica? O, ¿debe el continente por lo que queda de este siglo marchar por rutas sangrientas y hacía el comunismo?

    Si el destino de Latinoamérica es recorrer el camino de la evolución pacífica o de la revolución violenta, dependerá de que las clases gobernantes y dirigentes del continente tengan la sabiduría de aceptar el consejo de lord Macaulay, de que para preservar es necesario reformar. Dependerá de la voluntad de la élite" dirigente latinoamericana ajustarse a los vientos del cambio compartiendo su poder económico y político con el pueblo"

    Este libro intenta presentar el panorama colombiano en la lucha contra el subdesarrollo, recomendándola como el mejor propósito nacional que podría adoptar la actual generación colombiana.

    Espera motivar a los militares, a la inteligencia profesionales, periodistas, intelectuales, clero, universitarios etc.), y a los empresarios innovadores (industriales, comerciantes y agricultores no comprometidos en el tráfico de influencias), a formar la coalición modernizante, que puede aprovechar para llegar al poder la coyuntura constituida por los comicios de 1966, en los cuales se renovarán todas las corporaciones públicas y se elegirá presidente de la república, y producir desde allí el cambio que anhela la nación entera.

    Si las clases media y obrera, campesina y universitaria no tienen el valor, el coraje la decisión, la actividad, la voluntad, el deseo, la virilidad de dar esta batalla; sí no se dan cuenta maquinaria cuyo poder solo tiene la medida del miedo de las clases oprimidas, serán merecedoras de su suerte. Este es, repetimos, el gran desafío.

    Alberto Ruiz Novoa

    I

    El desarrollo económico, el Estado y el hombre colombiano

    En este país, en donde casi todo está monopolizado, se ejerce también con gran celo la exclusiva propiedad de la verdad y de la sabiduría. Por eso, cuando alguien desea expresar su criterio, los iluminados solo creen necesario calificar al osado de ignorante, sin tomarse el trabajo de refutar sus tesis.

    A continuación, presentamos un trabajo leído ante la Conferencia de la CEPAL verificada en 1955, en la cual nos permitimos hacer unos planteamientos sobre la necesidad del planeamiento económico.

    Planteamientos que en parte han sido puestos en práctica posteriormente como resultados de la comprensión excepcional que se les dispensaron dada la necesidad de una mínima previsión.

    ***

    La economía de todo país es, en términos generales, "subdesarrollada, en el sentido de que puede mejorar su rendimiento. Pero este término se ha usado últimamente para reemplazar el de atrasado", aplicándose a países como el nuestro ―expandidos en todos los continentes del orbe―, y cuyos habitantes suman 2.400 millones.

    Se nos pone así en relación con los 425 millones que se consideran en un grado intermedio de desarrollo, y con aquellos 375 millones pertenecientes a países altamente desarrollados, de los cuales tan solo son 13 los afortunados en el mundo entero.

    Decimos, entonces, que un país es subdesarrollado o "atrasado", cuando se caracteriza por:

    a) pobreza crónica de la gran masa de la población, la cual no es el resultado de un infortunio temporal; y

    b) por métodos anticuados de producción y organización social. Lo cual significa que la pobreza no es enteramente debida a escasos recursos naturales, y por lo tanto puede presumiblemente disminuirse por métodos ya probados en otros países.

    Los países subdesarrollados y el cambio

    Esta situación, que en la época presente ha traído grandes implicaciones de orden político por el despertar de todos los pueblos en este sentido, no es ya inevitable. Los gobiernos y las masas de los países subdesarrollados se han dado cuenta de ello y tratan de mejorar sus condiciones de la eliminación de:

    ―La corta duración de la vida.

    ―Las enfermedades endémicas que diezman la población, tales como la malaria, la TBC, etc.

    ―La escasez de médicos.

    ―La poca producción de alimentos de protección; leche, carne, etc.; con la consiguiente desnutrición.

    ―El analfabetismo y la escasa instrucción técnica.

    ―La deficiente provisión de vestidos, vivienda y mobiliario.

    ―La escasez de energía eléctrica.

    ―El poco ingreso per cápita.

    Al mismo tiempo, los dirigentes de estos países han comprendido que una nación técnicamente atrasada y con una pobre economía no tiene, por lo tanto, influencia política; ni puede defenderse de los abusos de los grandes.

    Por otra parte, los Estados Unidos de América, dándose cuenta del terreno abonado que para la doctrina comunista significa la inmensa masa de habitantes pertenecientes a las áreas sub desarrolladas, han puesto en práctica

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