La década de los años 60 fue prolífica en cantidad y calidad de prácticas y obras en el desarrollo de los postulados del movimiento moderno internacional de la arquitectura y en las búsquedas de su adaptación a las realidades, necesidades y aspiraciones locales en Ecuador.
Xavier Quevedo García1 inició su actuación profesional al comienzo de esa década. Nació en Quito2 , hizo obras en distintos sitios del país, pero fue en la ciudad de Guayaquil en la que dejó su más destacada y contundente huella de arquitectura moderna, actualmente, el bloque de las aulas cuyo diseño realizó, donde se formaron desde hace más de 50 años los arquitectos de la Universidad de Guayaquil, lleva su nombre. La página en blanco se fue llenando de información, anécdotas, referencias, aún queda mucho por conocer, en inventario y varios aspectos de su interesante obra y actuación.
En la corta duración de su existencia, murió a los cuarenta y dos años, es notable la magnitud y calidad de su obra, enfatizada por el claro sesgo de su personalidad que tan ajustadamente define el Arq. César Haro Moreano3 “honesto, frontal, justo, creativo, riguroso, amante de las técnicas constructivas, mordaz, amante de la enseñanza, y un caballero, por encima de sus defectos”, con estas breves palabras el Arq. Haro que fue su discípulo, dibujante y colaborador en su estudio, no sólo nos señala los ámbitos donde dejó su impronta, el diseño, la técnica, la docencia, sino también plasma una semblanza que nos explica su trascendencia4 . Aspecto relevante fue el círculo de renombradas personalidades de la cultura con las que se relacionó, Peter Mussfeldt,Oswaldo Guayasamín,Oswaldo Viteri5 , Eduardo Vega, Presley Norton, entre otros6 , y los destacados miembros de la sociedad ecuatoriana, que recurrieron a él como arquitecto.
Xavier Quevedo formó su hogar, su hija Gabriela lo recuerda como un excelente padre, solía llevar a sus hijos a las obras; guarda la imagen de su estudio, con una recepción, la oficina del arquitecto con escritorio y tablero de dibujo, y una sala grande con mesas de dibujo, estaba ubicado en la calle Rumichaca 702 y Quisquis, en el centro de Guayaquil7 .
Era exigente y de fuerte carácter, pero una persona agradable, gran lector y gran viajero, dentro y fuera del país. Quizá el gusto por viajar nació desde su infancia, vivió y realizó sus estudios en diversos países por la carrera diplomática de su padre8 y, también, en sus continuos viajes le tocó vivir momentos excepcionales, el más notable cuando el avión en que viajaba fue secuestrado hacia Cuba9 .
Su formación profesional, se nutrió en tres espacios de educación superior, el primero en la Universidad de Princeton10 ; el segundo en la Universidad Central del Ecuador (cuando concluyó la misión diplomática su padre) y el tercero, en la Universidad en Río de Janeiro, donde los culminó, obteniendo su título11 , que revalidó en la Universidad Central del Ecuador12 .
Se destacó en el ejercicio profesional y en la docencia universitaria. En Guayaquil, su obra está vinculada al proceso de desarrollo de la arquitectura moderna que recibió el aporte de arquitectos extranjeros y nacionales, y cuya inserción fue posible por
