Términos: Espacio Público.
People are crazy and times are strange I’m locked in tight, I’m out of range I used to care, but things have changed. (Bob Dylan, 2000)
Cómo me ha costado escribir sobre el espacio público. Sobre todo ahora, que me he mantenido distante de él tanto tiempo. Que he debido mirarlo desde lejos.
Empiezo pidiendo disculpas por “desobedecer” algunas reglas del formato de Chicago solicitado, pero escribir sobre lo público a manera de artículo me estaba resultando imposible. Pido disculpas, en segundo lugar, por emitir un claro juicio de valor en el título de este texto. Y una tercera, y espero que sea la última disculpa, por ser redundante con la frase “El espacio público es una trampa” en el cuerpo de este escrito. Es a propósito. Aclaro antes, que mi intención no es romper las reglas. Nunca lo ha sido. Pero el año 2020 que acabó hace poco, me vino a mover el piso de tantas maneras, que pensar y, sobre todo, escribir en tercera persona, del espacio público, me resulta, no sólo imposible, sino que sería una manera impositiva de racionalizar lo vivido y sentido en lo más profundo de mi espíritu. Pienso que resultaría en un texto repetitivo, aburrido, intrascendental, y sobre todo, falso; sería una trampa, tanto como lo es el espacio público.
Qué bonito suena Espacio Público. Son palabras hipnotizantes que nos llevan a mundos mágicos, llenos de armonía y de luchas auténticas en busca de lo justo. De cafés y tertulias cautivantes con extraños, quienes voltean la mirada hacia la gente que, sonriente, camina de la mano en un mundo donde se ha materializado la democracia, la libre expresión y la igualdad . Ese pequeño paraíso donde hombres y mujeres libres y sin prejuicios, salen a descansar después de su jornada de trabajo; contemplan la belleza de lo diverso , de lo natural, de lo verde . Donde su naturaleza se manifiesta en paisajes culturales con una carga simbólica que destila la añorada identidad de la ciudadanía. Sí. Escucho “espacio público” y me siento mejor. [falso]. Una ideología [caduca]. Una estrategia de poder [sombrío]. Una herramienta de mercantilización de la ciudad . La fina estampa de una utopía (Figura 1). Un deseo y un gran anhelo del corazón de la gente. ¿Es un espacio? ¿Es público? ¿Es democrático e inclusivo? ¿Permite la libre expresión? ¿Abraza lo diverso? Y además de todo esto, si es un artículo desde una facultad de arquitectura. ¿Cuál es el rol del arquitecto en toda esta discusión? ¿Por qué estamos hablando de esto? ¿Dónde entra la arquitectura? ¿DÓNDE? ¿Sólo porque dice “espacio” público y porque los arquitectos “estudiamos y diseñamos el espacio”? Bueno, asumiré que el espacio público, aparentemente, desde las palabras mismas, puede volverse una trampa.