Cuando Dios cambia el nombre a alguien le está afirmando su diseño original. Cuando Dios cambia el nombre a alguien NO le está cambiando su propósito o le está dando una nueva identidad… ¡le está afirmando su diseño original! Cuando Dios cambia el nombre le está recordando a la persona quien realmente es y está llamando hacia afuera el potencial y el propósito que depositó dentro en ti desde antes de nacer. ¿Por qué lo hace? Sufrimos de una enfermedad en nuestra identidad que los especialistas llaman: amnesia disociativa: comenzamos a olvidar quienes somos y nuestro origen.