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Alonso's Puzzle: I Am Still Puerto Rican
Alonso's Puzzle: I Am Still Puerto Rican
Alonso's Puzzle: I Am Still Puerto Rican
Ebook167 pages1 hour

Alonso's Puzzle: I Am Still Puerto Rican

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About this ebook

“Alonso’s Puzzle” is a curious amalgam of fact, fiction, and philosophy. It oscillates between a memoir and a confession. The narrative follows the adventures of a man named Alonso. Alonso is the alter ego of Cervantes’ “Don Quixote.” Before losing his wits, the character’s name was Alonso Quijano el Bueno.

Both Spanish and English are used, and the narration is nonlinear; thus, “Alonso’s Puzzle.” The subtitle “I Am Still Puerto Rican” is an allusion to Esmeralda Santiago’s “Cuando era puertorriqueña.”

The various pieces of the puzzle seem to suggest the various periods of life, or the places lived. The missing piece is the protagonist's death. The image on the front cover is the work of the author's granddaughter, Miriam Moshe Cooper.
LanguageEnglish
PublisherPalibrio
Release dateDec 27, 2021
ISBN9781506539317
Alonso's Puzzle: I Am Still Puerto Rican
Author

Eliezer Oyola

Eliezer Oyola es profesor de lengua y literatura españolas en Evangel University, Springfield, Missouri, USA. Ha ejercido ese cargo académico desde el año 1976. Recibió su doctorado en lengua y literatura por la Universidad de Maryland en 1974. Nació en Humacao, Puerto Rico el 22 de diciembre de 1944. Sirvió dos años en el ejército de los Estados Unidos, 1968-1970. Una de sus actividades predilectas es llevar grupos de estudiantes a hacer el Camino de Santiago.

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    Alonso's Puzzle - Eliezer Oyola

    Copyright © 2022 por Eliezer Oyola.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:1924614

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 27/12/2021

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    837483

    Índice

    Memorias de otro setentón

    I Heard the Sirens’ Song

    Noche vacía de ti

    Probadme en esto

    The Calm Before The Struggle

    My four Caminos

    Covid Did Not Win

    Whence Thoughts

    Playing With Words

    Lieutenant Alonso

    A Mirage

    Confesiones de otro pequeño filósofo

    I Heard the Sirens’ Song

    Noche vacía de ti

    Probadme en esto

    Memorias de otro setentón

    Some men have money.

    Others have stories to tell.

    When all is told,

    And all is done,

    All that is left of a man

    Is a story.

    And a stone.

    De mi nacimiento no tengo memoria, excepto lo que me han dicho mis padres y hermanos mayores. Ese trauma horrible, análogo al de la muerte, nadie quiere recordar. Por eso ha de permanecer en lo más profundo del inconsciente.

    El cuándo y el dónde sí puedo deciros. El 22 de diciembre de 1944 en Humacao, Puerto Rico. Mi madre era una santa, como quizá digan muchos sin que sea verdad. Lo dijo Richard Nixon cuando se despidió de la nación al haber sido … ¿Cómo se dice impeached?

    Me han dicho que se dice someter a un proceso de destitución. ¿Pero es que no hay una sola palabra en español? ¡Pobre lengua mía! Necesita más de una palabra para decir las cosas. Pero eso no viene al caso aquí. Lo que importa es que ese hombre tuvo la decencia de remitir e irse a su casa antes que lo sacaran a la fuerza. En su discurso final dijo, entre otras cosas, que su madre era una santa. La familia Nixon era Quaker (¿cuáquero?).

    Mi madre sí que era una santa. Todos los que conocieron a doña Tatá o la hermana Tatá sin duda están de acuerdo. Su nombre era Faustina Tirado Díaz, pero todos la conocían como Tatá. Se había casado con Isidro Oyola Dávila, un humilde campesino del Barrio Tejas de Humacao. Los que conocen Lamento Borincano pueden reconocer a mi padre y a mi abuelo en ese personaje, el jibarito.

    De mi padre no sé si pueda decirse que era un santo. ¿Pero quién de nosotros lo es? Fue hijo de Mama Fren y Papa José. Mama Fren y Papa José tuvieron otros hijos, pero sólo conocí a mi tío Chito.

    Tres familias componen mi estirpe: los Oyola Tirado, los Tirado Tolentino y los Rivera Oyola. Yo soy Oyola Tirado. Conocí a dos hermanos de mi mamá: Tío Guillo y Tío Carmelito. A tío Carmelito no lo recuerdo bien porque murió joven. Mi hermana Luz sí lo recuerda bien, pues vivió en su casa mientras asistía a la escuela en Humacao. Tío Carmelito fue pastor pentecostal. La historia de cómo y cuándo llegó Pentecostés a Puerto Rico es rica en verdad. Se puede leer en Pioneros de Pentecostés y especialmente en las Memorias de Juan L Lugo.

    Mi historia se puede contar por décadas. No como los recuerdos de Machado en su Retrato, cuando dice:

    Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

    y un huerto claro donde madura el limonero;

    mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;

    mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

    Yo sí quiero recordar todos mis casos. Re-vivir para poder vivir. Como dijo Azorín: vivir es ver volver.

    En fin, a mis décadas.

    Durante mi primera década no me gustaba la escuela. Me aburría horriblemente. La cosa se agravó cuando al pasar al segundo grado tuve que ir a la Escuela Antonia Sáez. Era como una prisión. Una verja de hierro rodeaba la escuela. Un día, muy temprano en la mañana, esperaba a que sonara la campana y entrara la maestra, Miss Fernández (en Puerto Rico decían Miss en vez de la Señorita, quizá por influencia americana).

    Pensaba que me esperaba un largo día, hasta las tres de la tarde. Miré por la ventana, que estaba abierta, y antes que llegara la maestra salté afuera y corrí sin parar hasta el Hospital Ryder. En esos días el Hospital Ryder estaba rodeado de muchos árboles frutales y de varias hortalizas que alguien cultivaba. Yo me forraba de mangos, chinas (naranjas), toronjas dulces, cocos, cerezas, guayabas, quenepas, almendras silvestres y no sé qué más. Con una piedra aguda rompía la coraza dura de los cocos caídos y disfrutaba del agua de coco dulce y de la carne blanca, madura, dentro del coco. Milagro que no me morí de churra.

    En los años 50 el Hospital Ryder era pequeño y estaba rodeado de campos con muchos árboles frutales: cocos, chinas (naranjas), toronjas dulces, cerezas, etc. Era un paraíso tropical. Me quedé todo el día, comiendo frutas y leyendo los cuentos de A viajar y a gozar, mi libro de lecturas. Mi favorito era el cuento de Momotaro. Cuando dieron las tres y pude ver a los niños regresar a su casa, yo también me fui a la mía, para que mami creyera que había estado en la escuela. Yo creo que le di a doña Tatá sus primeras canas. ¿Quién hubiera creído que aquel niño que odiaba la escuela llegó a ser maestro?

    Durante las vacaciones mis padres me enviaban a pasar tiempo con mis abuelos en el campo, Mama Fren y Papa José. Era para mí una gran alegría, especialmente porque podía jugar con mis primos, hijos de Chito y Virginia. Recuerdo a María Angélica (Geli), a Canito y a Viña. Geli es más o menos de mi edad. Recuerdo una vez que ella se fue a mi casa en el pueblo y yo al campo. Se corrió la noticia de que nuestros padres nos habían cambiado. Recuerdo después en casa de Mama Fren que, sacando con el dedo la nata de la leche en su taza de café y llevándosela a la lengua, me dijo que la gente estaba diciendo que nos habían cambiado. Nos reímos mucho.

    Por la mañana, Papa José traía la vaca y comenzaba a ordeñarla enfrente de la casa. El campo en la mañana es muy alegre. Los aromas del campo invadían mis tiernas narices, como también el olor a vaca y fresca leche espumosa para el café.

    Yo creo que media isla es familia mía. Están los Oyola Tirado, los Oyola del Valle, los Tirado Díaz, los Rivera Oyola y los Oyola Tolentino. Lolo y Chito eran hermanos, hijos de Mama Fren y Papa José. Isidro Oyola Dávila (Lolo) se casó con Faustina Tirado Díaz (Tata) y tuvieron diez hijos; yo fui el noveno. Eduardo Oyola Dávila (Chito) se casó con Virginia del Valle (Virje) y tuvieron unos 15 hijos.

    Guillermo Tirado Díaz se caso con Clemencia (la tía Cleme) y tuvieron unos 18 hijos. Carmelo Tirado Díaz se casó con Felícita Tolentino (Fella) y tuvieron 9 hijos. Tengo muchos primos. Esos primos han tenido hijos y los hijos hijos. Hijos, nietos, bisnietos, tatáranietos. Dios mío, ¿cuántos somos?

    Cuando mami me llevaba al campo era a visitar a toda esa familia. Recuerdo que íbamos a la plaza de Humacao a coger una guagua. Algunos de los hijos de tío Guillo tenían velloneras, guaguas llenas de pasajeros que iban a todas partes de la isla. Uno de mis primos era Cando. Mi mamá quería pagarle pero él nunca aceptaba pago. Nos llevaba a la Teja de gratis. Y a veces me daba un vellón (cinco centavos) pa que compres caramelos. Otros primos de ese familión eran Juan, Nibo, Luis, Seo y muchos más. ¿Cómo se llamaba la hija mayor? Tengo el nombre en la punta de la lengua. ¡Silvia! Una niña nació retardada, Petrín se llamaba. Mami la tuvo un tiempo porque su madre no podía cuidarla. Cuando era beba sacaba la lengua de forma grotesca, por eso supimos que no era normal. Despues ya niña se pegaba fuertemente contra la pared o el suelo de concreto, haciéndose llagas. Murió en la niñez. Otra prima, Ada, murió de parto en Nueva York. Otro primo, Luis, se hizo pato. Salió del closet, como dicen.

    Ada era otra prima, hija de Guillo. Murió de parto en Nueva York o en Chicago, no recuerdo bien. De tía Cleme recuerdo que se volvía loca cada vez que salía embarazada. Parece que vivía embarazada.

    Alguien un día me preguntó por qué la gente del campo tienen tantos hijos. Quizás, le dije, es porque en aquellos días no había televisión y se acostaban con las gallinas. Durante sus momentos de locura, tía Cleme se iba a andar por los montes. Una vez apareció por nuestra casa en el pueblo. Mami la aconsejaba. Yo le tenía miedo.

    Lo siguiente ha de permanecer como un secreto de familia. Eran dos primos míos, uno del clan Tirado Tolentino y la otra del clan Rivera Oyola. Junior (Carmelo, como su padre) y Delia se enamoraron en Brooklyn y tuvieron un encuentro sexual. Tuvieron un hijo. Aunque los dos llevaban mi sangre, entre ellos no había ninguna relación de familia. No se trataba de incesto.

    Bueno, resulta que en un tiempo Junior y Delia vivían con nosotros

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