HISTORIA
Nombre y origen
Chimbacalle es más que un nombre. Es un trozo significativo de la historia no solo de Quito sino del Ecuador y de América Latina1. El nombre se vincula a hechos históricos de la relación de Quito y su entorno sur, como lo mencionara en 1938, Luciano Andrade Marín en sus crónicas de Quito. Territorialmente, Chimbacalle estaba relacionado con la entonces denominada vía Machángara por el río del mismo nombre, señalada como el camino que viene del Cuzco y como el camino de los indios cuyo trazado llegaba al Panecillo y lo circundaba en su base2.
Chimbacalle que etimológicamente significa “calle hecho trenza” (chimba significa trenza) se liga al originario y antiguo trazado sinuoso que procedía de Cuzco, denominado en tiempos posteriores como calle Maldonado. Se sostiene también, en relación al quichua o kichwa, que el significado de “chimba” es “al frente”, lo que sería “calle de enfrente” y, además, que “se relaciona con la idea de un camino que se mira a la distancia y que alude a la huella del camino prehispánico denominado “Capacñan”… En este sentido, Chimbacalle es un lugar de la memoria del Quito aborigen”3. Al decir de Andrade Marín se trataría del vado del río (o chimba, y no del puente) que permitía pasar al otro lado, o sea la Chimba-calle4.
El origen de Chimbacalle que, en la colonia, en el siglo XVI, estaba ligado al recorrido del río Machángara, en el siglo XVIII, fue vinculado, en la descripción del Panecillo, como un “camino o conducto subterráneo”, del que dice Andrade Marín, “se ven todavía algunos vestigios por la parte de Chimbacalle”. Desde finales del siglo XIX, junto a otras parroquias de fuerte composición indígena, participaban sus gentes en el comercio de la carne, controlado por el Municipio, a quien pagaban el impuesto municipal “de Rastro” y, más tarde, en las luchas independentistas, Chimbacalle fue “fortificada y defendida” por los patriotas como puerta de la ciudad.
En la ciudad de Quito, durante el siglo XX, el “comercio popular imprimía una dinámica paralela”, en la que coexistía y se relacionaba con el comercio formal que suponía la existencia de tratos y espacios urbanos específicos que eran diferentes a los de las zonas rurales5, de allí una característica que proliferó y se mantuvo, la de ocupar el piso bajo de las casas, incluidos galerías y patio, para negocios y los altos para vivienda, aunque muchas de las tiendas contenían cuartos destinados al inquilinato. Al mismo tiempo, existía una particularidad interesante, los distintos grupos sociales, a pesar de estar diferenciados (indios, negros, mestizos, blancos pobres) compartían espacios y actividades sociales, culturales y religiosas, y una cierta movilidad urbana, entre oficios y ocupaciones, en lugares generalmente informales, aunque con sus familias vivían en barrios donde existían procesos contrapuestos entre los distintos sectores sociales6. En ello, Chimbacalle no fue una excepción, compartía tempranamente similares características socio espaciales.
El tren, la gran obra para la integración nacional
El lugar tiene un rol importante en la historia urbana y nacional, Chimbacalle7 se asocia a la figura del héroe nacional Eloy Alfaro y al periodo liberal. Con el objetivo de impulsar el proyecto de modernización y progreso nacional, el ferrocarril8 fue la obra emblemática y la estación de Chimbacalle9 el punto final de su trazado que unía Costa y Sierra, al que llegó por primera vez el 25 de junio de 190810. La vía era la puerta de acceso a la ciudad desde el sur. Aunque, Gabriel García Moreno, como presidente del Ecuador, fue el iniciador del proyecto del ferrocarril en 1872, es Alfaro, el viejo
