Semblanza Poética
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Es la oración que nos lleva a dar gracias a quien permite la majestuosidad y tapiz colorido que nos encanta y nos hace suspirar.
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Semblanza Poética - Jorge Eliecer Martínez Miranda
Jorge Eliécer Martínez Miranda
Jorge Eliécer Martínez Miranda
Título del libro:
SEMBLANZA... Poética
Escritor:
JORGE ELIÉCER MARTÍNEZ MIRANDA
Editores:
Edilberto Martinez Miranda
Édver Augusto Delgado Verano
Primera edición
ISBN: 978-958-49-4576-1
Diagramación:
Jorge E. Rodríguez Martínez
© Jorge Eliécer Martínez Miranda
© Editorial Libros para Pensar S.A.S — Acacías, Meta — Colombia 2022
Cel: +57 315 837 05 84
liderlibros@gmail.com — www.librosparapensar.com
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia u otro método, sin el permiso previo y por escrito del autor.
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Acacías - Meta, Colombia
Hecho en Colombia
Printed in Colombia
Queda hecho el Depósito Legal
La presente compilación tiene la intención de dar solaz de quienes reconocen y aman las hermosas tierras del Llano colombiano.
Estos Cantos honran la memoria de mis padres Ana Floritza y Eliécer, ya fallecidos, igualmente a la de mis hermanos Edgar Gustavo y Nelson, quienes los acompañan en su eterna morada.
Mis progenitores me inculcaron el gusto por la lectura e incentivaron mi curiosidad sobre el escenario en que fuimos criados en nuestro natal Tolima, posteriormente nos trasladaron a estas promisorias regiones, en donde crecimos y fuimos adoptados como el que más, motivo por el cual nos sentimos llaneros y nos regocijamos con sus costumbres.
Índice
Prólogo 9
Un pijao le canta al Meta 9
A propósito de mi hermoso y extenso llano 13
Caño Cristales 15
Llano bravío 17
Llano… una semblanza 19
Mujer llanera 21
Trochando por mi llano 22
I -
II -
III - Ballet equino 29
IV - El día de las cuadrillas 30
V - Despedida 32
Colombia paraíso terrenal 33
Canto para Acacías 39
Canto a Barranca de Upía 42
Canto a Cabuyaro 43
Canto a Castilla la Nueva 44
Canto al Castillo 46
Canto a Cubarral 48
Canto a Cumaral 50
Canto al Dorado 53
Canto al Calvario 54
Canto a Fuentedeoro 56
Canto a Granada 58
Canto a Guamal 60
Canto a la Macarena 61
Canto a Lejanías 62
Canto a Mapiripán 64
Canto a Mesetas 65
Canto a Puerto Concordia 67
Canto a Puerto Gaitán 68
Canto a Puerto Lleras 70
Canto a Puerto López 72
Canto a Puerto Rico 74
Canto a Restrepo 76
Canto a San Carlos de Guaroa 78
Canto a San Juan de Arama 80
Canto a San Juanito 82
Canto a San Martín de los Llanos 84
Canto a Uribe 86
Canto a Villavicencio 88
Canto a Vistahermosa 90
El Dorado estaba en Bogotá 91
Angélica, entre dos sabanas 92
Ana Sofía todo un soneto 93
Ana Sofía en sus quince 94
Laura Sofía soneto 95
Canto filial 96
Soneto para Angélica María 97
Réquiem para Natalia 98
A Nelson, el hermano 101
Elegía a mi madre 104
Un roble centenario 106
Poemas Haiku 108
Tánatos 110
Mi versión horizonte 113
Clamor por la paz 115
Sobre el autor 119
PRÓLOGO
UN PIJAO LE CANTA AL META
¿Cómo describir nuestro asombro y nuestra delicia al ver extendida súbitamente ante nosotros la inmensidad de los Llanos?
No se podría imaginar contraste más
impresionante y fuerte que el que forman las macizas, inextricables cordilleras, que ascienden hasta la región de las nieves perpetuas, y esta uniforme llanura tropical.
[…]. Los Llanos tienen movimientos de color y diversidad sin fin; son una imagen de la vida, que no predica al hombre su total impotencia, sino que, al menos, despierta en él esperanzas como las que se alzaron entre los compañeros de Colón al escuchar el mágico ¡Tierra! ¡Tierra!
—Ernst Röthlisberger (1963), El Dorado, p. 228-229.
El asombro del viajero Ernst Röthlisberger en la década del sesenta cuando asomó al borde de Bellavista y sus ojos se deslumbraron con ese Llano uniforme e inmenso, no era para menos: en frente un mar verde, serpenteado con meandros de ríos prodigiosos, añejas matas de monte, morichales y palmeras; anacondas excesivas y descomunales caimanes orinoquenses; asentamientos de poblados fundados por centímanos de hacha y machete, acotejados por sus mujeres hermosas y valientes; centauros montados en el potro de la leyenda, galopando tras la huella que deja el aroma del mastranto