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Más Allá del Límite
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Más Allá del Límite

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En las historias que arman este mosaico de sentimientos humanos, el lector dará la vuelta al mundo antes de encontrarse en momentos muy distintos del siglo XX para incorporarse a ocho culturas tan distintas como distantes.
Conoce a don Rafa, un hombre mexicano muy simpático. Sin embargo, no puede ni decir ni vivir con la verdad. Las únicas excepciones son las que se refieren a la amistad entre hombres, al reconocimiento de la belleza femenina y en los enfrentamientos en las corridas de toros.
Una Nota Final en D Sostenido Menor es un cuento escrito para a todo volumen repiquetear con sonidos. Un genio del jazz vive su historia de amor y traición. Para él, lo que más importa es el ambiente adecuado para explorar la música – aunque en la orquesta la revancha toca un blues mortal.
Un par de escritores protegidos del sol africano por la sombra de un árbol espinoso, en una cultura extraña para ambos, no se conocen más que por los intercambios lejanos de sus miradas y, a través de este lenguaje silencioso y sutil, se inspiran para reinventar uno la vida del otro.
Los suecos tienen dos temas que no dejan de platicar: el clima y su opresivo sistema de impuestos. ¿Qué se puede hacer para evadirlos? No es inusual que encuentran estos temas hasta más importantes que la muerte.
Desde hacía tiempo, en Estados Unidos la codicia y el entretenimiento extravagante se habían vuelto dos factores claves en el mundo del espectáculo. La pregunta es: ¿qué tan lejos están unos hermanos escapistas dispuestos a llegar para satisfacerlos?
Un hombre vividor, preso en Arabia, es condenado a muerte. Con la ayuda de su amplio conocimiento de los asuntos gourmet, muy astuto logra un arreglo cocinando para el jeque a cambio de veinticuatro horas más de vida. Aunque el jeque tiene la cabeza del prisionero a su merced, su estómago está a la merced de su prisionero.
Como consecuencia de su superstición y pobreza extrema, dos campesinos en Malasia se retan sobre una boleta de la lotería. El destino duplica el resultado de su reto de manera caprichosa, comprobando que la suerte puede llegar en distintas formas.
En un cuarto de ejecución, un cirujano plástico se encuentra oficialmente declarado muerto. Mientras sus pensamientos están trozados en pedazos
recordando los eventos que lo llevaron a su condena, su relato muestra que la hipocresía, la vanidad y el deseo por la venganza son fuerzas sumamente
importantes en la negación de la verdad.
Las historias de Kim Ekemar están repletas de emociones, paisajes y circunstancias que hermanan al lector con sus páginas, lo llenan de interrogantes, conocimientos y conclusiones que seguirán girando en su mente trascendiendo el tiempo estricto que implica la lectura.

LanguageEnglish
PublisherKim Ekemar
Release dateApr 12, 2020
ISBN9780463562659
Más Allá del Límite
Author

Kim Ekemar

I've been fortunate with opportunities to travel the world, counting Mexico, France, Sweden and Spain as my home at one time or other. In the past, a good part of my life was dedicated to business ventures: an art gallery, an advertising agency and commodity trading, among others. My travels have taken me to faraway places and amazing situations. I arrived in Mongolia just as the revolution for independence from the USSR started. I have been taken up the Sepik river by crocodile hunters in Papua Guinea. I've climbed Mount Kilimanjaro in Kenya, gone horseback riding to where the Río Magdalena in Colombia begins, crossed the Australian desert, hiked the Inka trail the wrong direction in Peru, and much more. However, the experience with the most impact that I've lived through was to be arbitrarily jailed in a centre for torture in Paraguay during the Stroessner dictatorship, under the absurd accusation of being a terrorist. (More about this in my illustrated non-fiction book in Spanish about the dictator, "El Reino del Terror".) During the past two decades, I've been focused on artistic expressions – painting, photography, design and architecture, but mainly on writing. The sources for the things I'm interested in writing about are the passions of people; places and customs that I've experienced around the world; and stories or situations from life that intrigue me.

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    Más Allá del Límite - Kim Ekemar

    Más Allá

    del Límite

    por

    Kim Ekemar

    Ocho cuentos en el lapso entre la vida y la muerte

    Un límite es una línea divisoria

    la cual no debería, no podría o no puede

    cruzarse – he ahí el reto.

    MÁS ALLÁ DEL LÍMITE

    Copyright © Kim Ekemar 2019

    Todos los derechos reservados.

    Sin el permiso expreso por escrito del autor, no se permite la reproducción de ninguna parte de esta obra: ni por impresión, ni por fotocopiado, ni escaneado o por algún otro medio electrónico o mecánico, incluyendo almacenaje de información y sistemas de recuperación.

    Acude a www.kimekemar.com

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    no part of this work may be reproduced in any form by printing,

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    Edición 1912-01

    Corrección:

    Andrea Lehn Angelides

    Editado por

    Bradley & Brougham Publishing House, 2019

    Índice

    Introducción: Un mosaico de puro material humano

    El Momento de la Verdad

    México, 1926 – 1976

    Don Rafa es un hombre muy simpático. Sin embargo, no puede ni decir ni vivir con la verdad. Las únicas excepciones son las que se refieren a la amistad entre hombres, al reconocimiento de la belleza femenina y en los enfrentamientos en las corridas de toros.

    Una Nota Final en D Sostenido Menor

    Nueva York, durante la década de los años ochenta del siglo pasado

    Esta historia tiene la intención de repiquetear con sonidos. Lo que importa es el ambiente adecuado para la música, aunque en la orquesta la revancha toca un blues mortal.

    El Intercambio Bajo el Árbol Espinoso

    Nairobi y París, 1980 – 1982

    Un incidente aparentemente sin importancia, años después podrá aparecer con una luz diferente. Podrá resultar en tu muerte, pero también podrá dar a tu futuro una nueva dirección.

    La Guerra de Papel

    Estocolmo, 1978 – 1992

    Los suecos tienen dos temas que no dejan de platicar – el clima y su opresivo sistema de impuestos. No es inusual que encuentran estos temas hasta más importantes que la muerte. En el fondo, lo que discuten es: ¿qué se puede hacer para evadirlos?

    La Última Puesta en Escena de los Hnos. Hogan

    Estados Unidos, 1924 – 1933

    Desde hacía tiempo, en Estados Unidos la codicia y el entretenimiento extravagante se habían vuelto dos factores claves en el mundo del espectáculo. La pregunta es: ¿qué tan lejos están dispuesto a llegar para satisfacerlos?

    Mis Mil y Una Últimas Cenas

    Arabia, 1973 – 1976

    Un hombre de la alta sociedad, preso en Arabia, es condenado a muerte. Con la ayuda de su amplio conocimiento de los asuntos gourmet, muy astuto logra un arreglo cocinando para el jeque a cambio de veinticuatro horas más de vida. Aunque el jeque tiene la cabeza del prisionero a su merced, su estómago está a la merced de su prisionero.

    Suerte de Sobra

    Malasia, 1965

    Como consecuencia de su superstición y pobreza extrema, dos campesinos se retan. La suerte del destino reparte los premios de manera caprichosa, comprobando que la suerte no tiene sólo una cara.

    Cara, Invaluable y Despreciado

    Un cuarto de ejecución no especificado en Estado Unidos, 1999

    Un hombre muriendo, quien ya se encuentra oficialmente declarado muerto, está llegando a los términos de su destino. Durante sus últimos minutos, sus pensamientos están trozados en pedazos constantemente más insignificantes. Sus conclusiones muestran que la hipocresía, la vanidad y el deseo por la venganza son factores sumamente fuertes en la negación de la verdad.

    Nota del Autor

    Un mosaico de puro material humano

    La tensión que crea Kim Ekemar en sus narraciones provoca al lector y lo transporta a situaciones extremas; no es casual el título de este volumen de cuentos: Más allá del límite. Ocho historias con las que daremos la vuelta al mundo; nos detendremos en momentos muy distintos del siglo XX y nos incorporaremos, durante algunas páginas, a culturas tan distintas como distantes.

    El lector transitará por este libro como quien recorre un camino tan lleno de asombros que es imposible interrumpirlo antes de llegar al final. Pasará por momentos de esperanza; se aterrará ante la crueldad humana; será cómplice del humor y la ironía que sólo una pluma filosa como la de este autor es capaz de crear; estará ante encrucijadas de las que, por un instante, deseará encontrar la salida, pero no hay tal, porque ya está atrapado y tendrá que ir pasando por las historias hasta llegar al último desenlace. La empatía o el rechazo que sentirá por los personajes con los que ya está involucrado, son imanes de los que no podrá escapar.

    Un recorrido dividido en ocho tramos; a lo largo del cual conocemos a un mexicano poderoso y fanfarrón, que no por serlo deja de tener virtudes proporcionales a sus defectos. Un genio del jazz que vive su historia de amor y traición, y la resuelve con la misma agudeza con la que logra desprender notas de su saxofón. Un par de escritores protegidos del sol por la sombra de un gran árbol, en una cultura extraña para ambos, no se conocen más que por los intercambios de sus miradas y, a través de este lenguaje silencioso y sutil, se leen para reinventar uno la vida del otro. Un hombre, tan metódico y tan nórdico, que organiza su propia muerte en función de los temas que más le obsesionan. Una pareja de escapistas capaces de salir de todas los artefactos, menos de aquellas que la codicia y la soberbia tejieron en su contra. Un condenado a muerte cuyos sofisticados conocimientos culinarios le proporcionan pequeñas prórrogas a sus contadas horas de vida. La hermandad de dos hombres cuya superstición resulta en una dura lección sobre lo relativo de la pobreza y la abundancia. La venganza de una esposa vista a través de los ojos de su marido, quien no supo calcular lo implacable que puede llegar a ser una mujer despechada.

    El lector se colocará en el lugar de cada uno de estos personajes; muchas veces se identificará con ellos, los sabrá comprender o por lo menos entenderá sus motivaciones para actuar; porque a través de las diestras narraciones del autor, se dejan conocer a profundidad. Sus virtudes o sus ardides podrían resultar ajenas ante los ojos de muchos, pero existe un contexto que las explica. Sus acciones no son fortuitas, ya que responden a la lógica de los sentimientos humanos más profundos y complejos, tan universales que traspasan fronteras, culturas y tiempos.

    Las historias de Kim Ekemar son un mosaico de puro material humano. Emociones, paisajes y circunstancias que hermanan al lector con sus páginas, lo llenan de interrogantes, conocimientos y conclusiones que seguirán girando en su mente trascendiendo el tiempo estricto que implica la lectura.

    México, 17 de diciembre de 2019

    Andrea Lehn Angelides

    El Momento de la Verdad

    Rafael Ponce de Morillo, conocido por sus muchos amigos y conocidos simplemente como don Rafa, era un hombre singularmente contento. A los cuarenta y nueve años estaba casado con su tercera y cuarta esposa; tenía un gran número de hijos cuyas edades oscilaban entre los cuatro y los veinticinco años; y era rico gracias a las diferentes propiedades que heredó de su padre que había muerto cuando él era joven. Como si esto no fuera suficiente, también tenía mucho tiempo para disfrutar sus dos pasatiempos favoritos, es decir, las corridas de toros y la persecución de mujeres.

    No quedaba duda de que don Rafa siempre había parecido mayor que los años que tenía, mientras que sus hábitos juguetones ocultaban su verdadera edad. Quizás uno no podía esperar otra cosa de un hombre que nunca tomó la vida en serio. Tenía un bigote cuidadosamente arreglado, el cual procuraba tanto como a una mujer que le acabara de llamar la atención. Su cabello era grueso y ondulado. Mientras que, por alguna desconocida razón de vanidad, se teñía el bigote e ignoraba sus grises patillas. Su nariz era ancha y nada apuesta. Tenía una boca compasiva, que temblaba ligeramente de manera involuntaria cuando se emocionaba, algo que pasaba a menudo ya que don Rafa era muy dado a situaciones emotivas. Su cara tendía a hincharse, aunque nadie se daba cuenta debido a que sus ojos atraían de inmediato a cualquier público que estuviera entreteniendo. Sin embargo, su don más grande era su sonoro barítono. Era un sutil instrumento que dominaba a la perfección. Lo utilizaba para dejar correr sus infalibles palabras que insinuaban y suplicaban, explicaban y exploraban, iniciaban viajes en busca de puertos exóticos, navegaban atravesando olas suaves hacia territorios desconocidos a través de nuevos mares, llevaban a su público a tierras prometidas maravillosas y bellas, abrían puertas, despertaban deseos, movían montañas, aclaraban situaciones y dejaban al converso oyente con la creencia de que, después de todo, el mundo no es un lugar lleno de problemas, sino de grandes emociones. Cuando alguien, en el momento de llegar a conocerlo por primera vez, escudriñaba su robusto cuerpo de mediana estatura, sus hombros ligeramente inclinados y su innegable barriga, su falta de belleza física quedaba en el olvido al momento en que comenzaba a hablar.

    Durante toda su vida, don Rafa se consideraba como uno de los hombres más afortunados del mundo. Por supuesto, existía una razón favorable que le permitía llegar a esta conclusión – era rico. Sin serlo de una manera que rebasara los sueños, lo era de una manera cómoda. Por consiguiente, no era de extrañarse que un hombre que tenía tanto amor hacia la humanidad – y en particular hacia el género femenino – pudiera mantener dos casas, dos esposas, una ex esposa y tres camadas de hijos indisciplinados.

    Aunque don Rafa se consideraba un hombre poco complicado, realmente era lo contrario. No se puede describirlo como una persona compleja. Don Rafa había nacido en Ensenada, de donde posteriormente su familia partió hacia Puebla. A los cinco años ya se habían vuelto a mudar – esta vez a la capital de la república, a la Ciudad de México. Aunque había nacido en la provincia, estaba orgulloso de reconocerse como un capitalino nativo, un chilango, asegurando que el lugar en el que había nacido era un hospital que ya no existía antes ubicado en el centro de la capital de México. Entre sus amigos, muchos sabían que esto no era cierto, pero no les importaba corregir a su compadre, debido a que don Rafa era una persona muy agradable. Sin embargo, don Rafa creía que esto era la verdad, pues al igual que muchos mitómanos, estaba convencido de sus propias mentiras.

    Don Rafa era un narrador de cuentos nato. De pequeño siempre había mantenido a su público cautivado con las increíbles historias que inventaba de sus experiencias cotidianas. Desarrolló esta habilidad natural durante su adolescencia, y, antes de los veintiún años, había perfeccionado su destreza. Al hablar, transmitía amabilidad y un alto grado de elocuencia. La gente disfrutaba escuchar su voz, llena de promesas, tesoros escondidos y secretos divulgados. En esencia, era un moderno narrador de cuentos en la antigua tradición de los mercados del Medio Oriente.

    La combinación de ser una persona amistosa, inofensiva y talentoso con las palabras, lo convertía en alguien sumamente agradable, convincente e interesante. Don Rafa era el primero en el que pensaban al preparar las invitaciones para una fiesta. Nadie recibía tantos regalos en su cumpleaños. Era el único acreedor a quien se le pagaban las deudas. No es que insistiera en cobrarlas; todo lo contrario, tenía un generoso corazón e inmediatamente olvidaba los préstamos que otorgaba.

    Para la envidia de sus amigos, era muy popular con las mujeres. No importaba si tenían siete o setenta años, rápidamente las tenía a sus pies. A don Rafa no le importaba si eran bonitas o feas, ricas o pobres, flacas o gordas, aburridas o interesantes, casadas o no; adoraba a las mujeres sin importarle su forma, apariencia o situación. Las mujeres se regodeaban en sus consideraciones y aterciopeladas mentiras y devolvían su veneración hacia ellas prodigando en él sus mejores atenciones. En otras palabras, la adoración era mutua, y esa era una razón importante por la que don Rafa se había casado cuatro veces.

    Su primera esposa, para su gran dolor, había muerto durante el parto cuando él tenía veintitrés años. Menos de seis meses después, se volvió a casar con una bella novia de dieciocho años quien más tarde le dio tres hijos. Mientras tanto, don Rafa no podía abstenerse de darse gusto con varios amoríos apasionados encendidos por sus suaves palabras. Muy a menudo, las mujeres eran las que tomaban la iniciativa, y se requería de todo su ingenio para poder mantener el control de la gran cantidad de relaciones amorosas en las que se enredaba.

    Su padre murió cuando don Rafa cumplió veintiséis años, dejándolo como heredero único. Era el único varón y el mayor de seis hermanos. Como lo sabía su padre, sus hermanas nunca tendrían que preocuparse mientras don Rafa viviera; él las trataba como lo hubiera hecho con la reina de Saba, o de hecho con cualquier otra mujer. Continuó pagando su educación y manutención hasta que tenía la certeza de que se habían casado bien mantenidas.

    Su padre le dejó varias propiedades por todo México; una finca en Ensenada, dos pequeños hoteles en Puebla, un rancho en Veracruz y varios edificios departamentales en el centro de la Ciudad de México. Era 1952, la población de la capital no excedía los tres millones y la economía sería estable durante otros treinta años.

    Las mujeres le causaban felicidad, pero también le daban problemas. En varias ocasiones su segunda esposa, Elena, lo sorprendió en una situación delicada con otra mujer. Los primeros años aceptaba sus explicaciones persuasivas, ya que el mismo don Rafa llegaba a creer que eran ciertas. Después de haberlo atrapado demasiadas veces, Elena finalmente dejó de creerle. Era una mujer con gran determinación que amaba a su esposo y a sus hijos, pero al mismo tiempo se negaba a vivir una mentira. Se divorciaron en 1958, algo que en esa época no solía hacerse. Sin embargo, muestra la determinación de Elena, así como la debilidad de don Rafa en cuanto al sexo opuesto se refería.

    Sí, era apasionado con las mujeres, pero lo era aún más cuando se trataba de la fiesta taurina. Don Rafa era un gran aficionado de los toros. Durante la temporada, todos los domingos por la tarde invitaba a sus amigos a que asistieran a los lugares que tenía permanentemente rentados bajo la sombra junto al ruedo. Debido a que – a diferencia de sus demás amigos – se había vuelto rico antes de cumplir los treinta años, se consideraba como algo honorable que hacía por sus cuates. A cambio ellos le ofrecían regalos y le hacían pequeños favores cuando se presentaba la oportunidad.

    De la misma manera en que admiraba la graciosa aparición de una mujer que realizaba sus quehaceres, valoraba la exhibición de músculos tirantes en la plaza de toros. Había pausas de incertidumbre, un ataque repentino, los movimientos controlados de un buen torero. Un drama, que invariablemente se llevaba a cabo en círculos que se iban reduciendo después del ritual de acoso por parte de los picadores y de los banderilleros. El verdadero suspenso para don Rafa estaba en el baile improvisado que el torero y

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