El ladrillo es el protagonista en diversas escalas y dimensiones. Las casas de ladrillo se destacan en variedad de emplazamientos y entornos, sea en un claro entre bosques, en lo alto de una colina, en terrazas naturales o sitios donde el paisaje natural predomina. En ciudades y áreas rurales, en lotes con retiros, en sitios estrechos donde se visibilizan los límites o tan amplios que la mirada no alcanza a percibirlos, las casas y edificios destacan esencialmente porque el ladrillo es el material fundamental que adjetiva su volumen, forma, espacio, estructura y construcción.
Desde un primer instante en que se desencadena el proceso creativo de la casa el ladrillo es visualizado de variadas maneras como un velo rojo o una envolvente, como superficies erguidas sobre pilotes, como límites texturados, como muro cerrado y planos flexibles interconectados, como sistema modulado, en secuencia de paños abiertos y cerrados, en planos erguidos dialogando con la topografía y el entorno, evocando pasado y presente o interrogando sobre el futuro.
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