
La inteligencia artificial (ia) ha encabezado el crecimiento tecnológico durante los últimos años. De acuerdo con Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, nos encontramos en una Cuarta Revolución Industrial caracterizada por una completa automatización de los procesos de producción como consecuencia de la ia, la tecnología digital y el internet de las cosas.1
Sin lugar a dudas, las revoluciones industriales han aportado de manera positiva al funcionamiento de las sociedades alrededor del mundo. No obstante, consideramos importante reconocer el hecho de que esas revoluciones también han desencadenado problemas políticos, sociales y económicos. Como ejemplo, destacan las violaciones a los derechos laborales y a los derechos de la infancia, así como las afectaciones al derecho a un medio ambiente sano. La Cuarta Revolución Industrial no se exceptúa de esta realidad.
La ia suele considerarse como Hay estudios que demuestran que la efectividad de la tecnología de reconocimiento facial es menor cuando se trata de personas de piel más oscura, en especial si se trata de mujeres de piel oscura. Lo mismo sucede con el uso de la ia para traducir y moderar contenidos en línea, pues su efectividad suele ser menor cuando se trata de idiomas subrepresentados, como el bengalí o el indonesio, y mayor cuando se trata de idiomas como el inglés, el español, el francés, el alemán y el chino.