

Durante el helenismo, periodo histórico que comienza con la muerte de Alejandro Magno en el 323, y que termina en el inicio de la Edad Media, con la caída de Roma en el 410 o en el 476 con la caída de Alejandría a manos de los árabes, además de la Academia de Platón y al principio la escuela peripatética de Aristóteles, las escuelas filosóficas más importantes por su influjo son la epicúrea, la estoica, la cínica, la escéptica y la neoplatónica.
Si delimitamos el arco temporal, fijándonos aproximadamente desde Julio César a Nerón, las corrientes filosóficas dominantes son el eclecticismo (Cicerón, Plutarco, incluso en Séneca, en cuyas Epístolas morales a Lucilio cita con frecuencia a Epicuro; quizá todas estas corrientes sean eclécticas), el estoicismo tardío (Séneca, Epicteto y Marco Aurelio) y en menor medida el epicureísmo (Lucrecio). Habida cuenta del espacio que disponemos, a continuación ofreceremos una visión panorámica del pensamiento de tres autores y corrientes.
Comparado con el esplendor de la Atenas de Pericles, hay un amplio consenso entre los investigadores en juzgar que el pensamiento de estos filósofos no es «original» ni de la altura dialéctica