
Hace no más de un par de décadas, la tecnología irrumpió en el mundo educativo para hacernos replantear de forma radical cómo se concebía, en general, la función del docente en el proceso de enseñanzaaprendizaje, aunque este concepto no está únicamente relacionado con la tecnología. La sociedad entendía que el maestro tenía dos funciones básicas que opacaban otras que, aunque siempre han existido, perdían importancia: proporcionaba información y comprobaba cuánto de esa información había retenido el alumno. “El docente de hoy en día es consciente deseñador. También motiva a los alumnos a tener la necesidad intrínseca de construir el conocimiento a partir de estas situaciones, ampliando la información y ayudándoles a establecer relaciones entre los contenidos, aportando pensamiento crítico y desempeñando así la labor de comunicador”, explica Alejandra Velasco, directora de Educación Infantil y Primaria de Arcángel International School.