
¿Puedeun simple terrón de azúcar aliviar un dolor de cabeza? En la literatura médica se han registrado numerosos casos acerca de la capacidad que adquieren sustancias inocuas –sin componente activo– de aliviar una dolencia si son suministradas a un paciente sugestionándole previamente de sus virtudes. Es lo que se conoce como efecto placebo. Una de las historias más conocidas sobre este inquietante fenómeno es la que se relata a continuación…
EL EXTRAÑO CASO DEL SEÑOR WRIGHT
En la década de 1950, al señor Wright se le había diagnosticado un cáncer linfático. Su diagnóstico no le daba ninguna esperanza: su cáncer estaba tan avanzado y el señor Wright padecía un estado ánimo, por lo que no podía aplicársele ningún tratamiento como la quimioterapia o la radioterapia. Así que los médicos comunicaron al señor Wright de que solo le quedaban unas semanas de vida.
Convaleciente en la cama de un hospital, aguardando su cita con la muerte, el señor Wright oyó hablar en la radio de un medicamento experimental que parecía ofrecer increíbles resultados contra el cáncer. Se trataba del Krebiozén, un fármaco desarrollado a partir de 1951 en Yugoslavia, que había demostrado su eficacia inicialmente en perros y gatos y, posteriormente, en seres humanos: de 22 pacientes tratados con cáncer en fase terminal, 14 de ellos seguían vivos y ninguno había fallecido por el tumor.

Un alto grado de sugestión puede tener un inmenso poder en la eficacia de un medicamento, que no es más que un PLACEBO.
El señor Wright solicitó a los médicos de su hospital que le fuera suministrada una dosis del milagroso medicamento. Bastó una sola una inyección de Krebiozén para que, a los pocos días, el señor