
ace cuatro años mi obispo me hizo una propuesta totalmente insospechada: ser viceconsiliario nacional de Manos Unidas. Cuando Dios te presenta una propuesta tan descabellada que te lleva a formar parte de esta gran organización eclesial, te das cuenta de que estás abrazando el mundo y se te dilatan el corazón y la mirada. Si hoy me preguntasen por la identidad de Manos Unidas, respondería: es una obra de Dios, una inspiración