
Imagínate que ponés a tu bebé frente al mar, donde no puede ver el fin y le decís que ese es el espacio que debe recorrer. Seguramente sentirá miedo, mucho, porque es infinito. En cambio, si lo ubicás frente a un pequeño lago en el que ve el principio y el fin, y le decís que ese es el camino que debe seguir, se sentirá capaz y decidido a hacerlo. Ese es el valor de los límites en la educación de tus hijos.
■ Para los chicos, es importante aprender qué se siente y cómo se vive con un ‘no’ como respuesta, tanto para su desarrollo emocional como cerebral. Está demostrado que cuando los pequeños se enfrentan a una negativa, generan en su cerebro sustancias que les hacen posible enfrentar los obstáculos y les enseñan a reaccionar ante los cambios e imprevistos.

■ En cuanto a su desarrollo emocional, es clave que aprendan que no todo es posible, que la vida tiene cambios y que hay que superarlos. Esto los hace madurar. Además, muchos de los límites que los padres definen en la vida de sus hijos tienen que ver con evitar el daño a los demás, el respeto hacia los mayores, hacia sus padres, lo que es una forma de enseñarles también el amor y el respeto por sí mismos.
■ Los límites no son un montón de reglas para toda la vida, son sencillamente las normas fundamentales para desenvolverse en el día a día, y son aquellas que tu familia considere necesarias para vivir de acuerdo con sus valores y su filosofía, ya que cada una es única.
■ Tampoco se trata de hacerles la vida más difícil para que aprendan desde los dos años lo dura que puede ser; los