

En 1568, Guillermo de Orange se rebeló contra Felipe II con un ejército de mercenarios alemanes, dando comienzo a un largo conflicto conocido como la Guerra de los 80 años, un enfrentamiento que en 1572 devino en una guerra civil y de religión. Frente a la historiografía oficial holandesa que presenta esta cruenta y dilatada contienda como una guerra de liberación contra la tiranía española, los documentos muestran que el ejército de la Monarquía Católica, sus mandos y gobernadores, estuvieron compuestos mayoritariamente por flamencos. Junto a ellos combatieron los míticos Tercios españoles, unos 7500 soldados sobre un total de los 54 000 que en 1573 componían el ejército de Flandes, 30 000 flamencos, naturales de otros territorios de la Corona, como el Franco Condado o los territorios itálicos, y algunos contingentes extranjeros, entre los que destacaron los Tercios de irlandeses.
Entre los más activos defensores de la Monarquía se encontraban los corsarios de Dunkerque, enfrentados a los mendigos del mar, los corsarios protestantes, que con una veintena de galeoncetes y fragatas