
Hay un hallazgo médico reciente que puede usarse para producir cambios químicos en nuestra cabeza mediante una inyección e implantación de nanomáquinas. Esos diminutos dispositivos pueden ajustar las señales de las neuronas en nuestro cerebro, estados de ánimo y niveles hormonales. Las personas con depresión u otros problemas mentales pueden vivir una vida mejor y más feliz gracias a este posible tratamiento. Por desgracia, los humanos suelen ser perezosos y permitirán que los nanorrobots controlen automáticamente sus vidas». ¿Inquietante? Sí, al menos hasta que nos damos cuenta de que la información precedente es de una novela de ciencia ficción titulada The world of nanorobots y firmada por Camtu Suhonen, cuya identidad no hemos conseguido descubrir en Internet. Y decimos «inquietante» porque, aunque de momento no debe preocuparnos que un agente extraño y maligno de un gobierno en la sombra pueda «inyectarnos » un nanorrobot en el cerebro para manipularnos tras convertirnos en modernos zombis, quién sabe si andando el tiempo algo así no llegara a suceder.
LA REALIDAD QUE VIENE
Volveremos más adelante sobre la supuesta peligrosidad de la nanotecnología, pero ahora vamos a destacar que estamos ante un campo floreciente que fusiona ingeniería y ciencia. Hay diversos dispositivos que están todavía en fase de desarrollo, pero los nanorrobots –también denominados nanobots, nanoides, nanites o namonites– van camino de transformar nuestra vida mucho antes de lo que imaginamos. Dentro de una década aproximadamente, la nanotecnología permitirá a los cirujanos actuar directamente en el interior de nuestro cuerpo introduciendo en el torrente sanguíneo nanorrobots capaces de obrar maravillas en células enfermas… Seguro