RECUERDOS DE CHERNOBYL
Cuando la planta nuclear de Chernobyl, en la ya desaparecida (pero resurgente) URSS, explotó y roció de plutonio enriquecido a varios millones de habitantes y hectáreas del continente europeo, convirtiéndolos en una probeta llena de carcinomas, yo vivía con mi familia en Norwich, una ciudad universitaria cerca de Londres.
Todas las noches veíamos dónde andaba la nube que había salido de Chernobyl: tenía aproximadamente el tamaño de Francia y se movía con los vientos caprichosos. Cuando la locutora de la BBC decía que se había movido hacia Finlandia, dejábamos de aguantar la respiración. A la mañana siguiente volvíamos a aguantarla hasta saber en dónde andaba. La paranoia se había desatado. La gente se arremolinaba en los supermercados tratando de comprar agua embotellada, leche
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