El tercer evangelio Apuntes heréticos

Nota aclaratoria. Estos comentarios están referidos a un tema específico: el contexto “histórico” de los hechos contenidos en el evangelio atribuido a Lucas. No se alude a los aspectos teológicos; tampoco a las contradicciones o variantes que se advierten entre ese evangelio y los restantes llamados sinópticos: Mateo y Marcos.
Quienes lean estos comentarios, para desvirtuarlos, pudieran alegar que son los mismos temas de los que han hablado otros autores y que ellos lo han hecho con mayor autoridad. Ello es cierto; pero cuando se ve que todos los domingos y, por qué no reconocerlo, todos los días, con autoridad o sin ella, se habla de lo mismo, también se debe aceptar que se invoquen, de nueva cuenta, con otra presentación, parecidos argumentos y cuestionamientos. En este mundo nada sobra; pero, de igual manera, mucho está de más.
El tema de la influencia de los mitos griegos en los evangelios, en particular en el Nuevo testamento, ya ha sido hecho;1 aquí, de alguna forma, se retoma, con otros elementos.
El trabajo de desmitologización del Nuevo testamento ya lo
1 Véase Alfred Loisy, Los misterios paganos y el misterio cristiano, Paidós, Buenos Aires, 1967. hicieron desde el siglo XVII algunos estudiosos. En el siglo XX contribuyeron a ello, entre otros, Albert Schweitzer y Rudolf Bultmann.2
Generalidades
En el orden de colocación en el , el evangelio de es el tercero; desde el punto de vista literario es el, el cuarto, y con razón; éste, al parecer, fue escrito a mediados del siglo segundo por alguien que, para darle autoridad, lo atribuyó a Juan el apóstol.
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